Poco a poco, pero de manera consistente, Puerto Rico está ganando terreno en la contienda contra el virus de inmunodeficiencia humana (VIH/Sida).

Las estadísticas más recientes del Programa de Vigilancia de VIH/Sida del Departamento de Salud muestran que aquí se mantiene una tendencia a la baja, tanto en la cifra de nuevos diagnóstico, como la de muertes asociadas a la enfermedad.

Según los datos del Programa, la cifra de nuevos diagnósticos cayó en el 2017 a 442, una disminución significativa con respecto a los 559 casos reportados en 2015 y los 536 para 2016.

Las cifras del 2018, hasta el 30 de junio pasado, apuntan a una disminución mayor, pues solo se reportaron 142 nuevos casos.

A modo de comparación, se puede señalar que hace tan solo una década, en el 2007, los casos nuevos reportados superaban los mil (1,024 para el 2017, y 1,006 para el 2018). 

La baja en la cifra de muertes que muestran las estadísticas del programa es todavía más pronunciada. 

El total de muertes para 2017, fue de 24, que representa la mitad de las 48 reportadas para 2016; en este año 2018, hasta el 30 de junio, apenas se contaban dos. 

Esos números están distantes de los que se reportaron hace una década, cuando para el 2007, las muertes por VIH/Sida sumaron 274, y en 2008 fueron 278. 

Las estadísticas indican que las principales causas de transmisión del VIH en la Isla son a través de inyecciones entre usuarios de drogas; la mitad de los casos se atribuyen a esa práctica. 

Para Jorge Santana, infectólogo y catedrático en el Recinto de Ciencias Médicas (RCM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR), estas cifras no sorprenden, pues se ha avanzado mucho en los tratamientos de la enfermedad y en los esfuerzos para asistir a los pacientes.

“Las muertes sí han disminuido a través de los años gracias a los medicamentos que se han desarrollado a través de los años”, explicó Santana, también director de la Unidad de Ensayos Clínicos (ACTU en inglés). 

El infectólogo indicó que la tendencia de menos casos nuevos reportados también es un fenómeno que se da en países desarrollados, donde un número bastante elevado de personas afectadas se mantienen bajo tratamiento. 

“Esa disminución que estamos viendo es algo que se esperaba hace varios años. Si tienes la mayoría de los pacientes bajo tratamiento, eso ayuda a prevenir que el virus se siga transmitiendo”, detalló el médico, quien agregó que los estudios científicos muestran que la posibilidad de transmisión del virus se reduce casi por completo cuando la persona se mantiene bajo el tratamiento.

“La ciencia nos dice que cuando la prueba de sangre arroja menos de 200 copias (una copia equivale a una partícula viral) el virus es prácticamente no transmisible. Hoy día lo que vemos es que (con los tratamientos) puede bajar hasta 20 copias”, añadió.

“Los medicamentos son bien efectivos, y son tolerables. En Puerto Rico, no hay excusas para que alguien no esté en tratamiento. El que no esté en tratamiento es porque no quiere, o porque no está tratando”, afirmó. 

Aclaró que si bien los medicamentos son caros, son cubiertos por la Reforma y otras pólizas.

“Solo tienen que hacer un papeleo. Así que no hay excusas”, insistió Santana. 

Sin embargo, observó que pese a la disminución general de los casos, hay un sector que preocupa que es el de los hombres jóvenes de 18 a 29 años, quienes sostienen relaciones sexuales con otros hombres sin protección. 

Además, comentó que a pesar de la disminución que reflejan las cifras, sería prudente esperar algunos meses antes de tomar en consideración los números para los meses más recientes, por todas las disrupciones que ocasionó el huracán María.