Juncos. Más de 1,000 familias en Juncos lo perdieron todo aquel inolvidable 20 de septiembre en el que el huracán María azotó sin piedad a Puerto Rico. Pero en medio de su desgracia, hay ciudadanos que han hecho un frente común para luchar contra la adversidad y sobrevivir a la crisis.

Este es el caso de los residentes del sector La Hormiga del barrio Las Piñas, quienes inmediatamente después del paso del ciclón se organizaron para ayudar en la recuperación de la humilde comunidad que, en muchas ocasiones, es resaltada por incidentes delictivos ocurridos en la zona. 

Pero en esta ocasión, la historia es otra y está enmarcada en adaptarse a lo que sucedió como ha hecho José M. Santos, quien a pesar de haber perdido la casita que su madre fallecida les dejó a él y a su hermana, está decidido a “echar pa’ lante”.

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¿Cómo? Pues, José, al igual que muchas otros vecinos de La Hormiga- comunidad que lleva este nombre por la cantidad de recovecos que unen a las parcelas- es un rescatador de desperdicios sólidos. Lo que otros ven como basura, en La Hormiga, lo recolectan y le sacan provecho económico.

“Hay que salir pa’ lante. Vivo el día a día… recojo acero entre los escombros y cuando tengo mucho lo monto en mi carrito y voy y lo vendo porque esto está brutal”, destaca quien también hace “chivos”  arreglando generadores eléctricos, un aparato que se ha convertido para muchos en un artículo de primera necesidad ante la ausencia del servicio de luz.

“Tengo que resolverme para poder comprar la comida que se comen mis hijas”, agrega el padre de dos niñas de 16 y 10 años de edad.

Una de las líderes comunitarias del sector, Wanda Bonilla, destacó la gesta de los rescatadores de basura.

“Gracias a ellos también se ha aliviado un poco el recogido de los escombros”, dijo la mujer.

De otra parte, dijo que la junta comunitaria trabaja también en instalar un refugio en el centro comunal del vecindario dadas las circunstancias que unas 17 familias -con entre cinco y siete miembros cada una- perdieron los techos de sus hogares. La mayoría, dijo son madres solteras.

“Nuestra presidenta, Ivelisse Esquilín, quien también perdió todo nos está ayudando a través del Municipio y con otras donaciones”, expresó.

Un panorama similar se percibe en el sector La Cuesta, del barrio El Mangó, donde ante la falta de agua potable, los vecinos dedicaron dos días crear un sistema de tubería que les sirve del líquido proveniente de una quebrada.

“Nos fuimos en grupo y caminamos tres millas monte adentro para llegar hasta la quebrada y allí hacer una conexión con un ojo de agua a través de tubos PVC…esos tubos corren por el monte y llegan hasta aquí (su hogar) y otra casa más arriba. Y aquí viene todo el mundo a buscar agua para bañarse y  para usarla en los baños”, expresó Jerry Cruz sobre sus vecinos, incluidos padres de niños con impedimentos y familiares de envejecientes encamados.

Sostuvo que cruzarse de brazos no era opción para “nadie en el barrio” a pesar de que muchas de las 60 familias que habitan en el sector tienen la pesadumbre de haber perdido su hogar, como fue su caso.

“Hay que hacerlo porque imagínate… ahora mismo, mira (enseñando unos motores) aquí tengo estas piezas de un carro a ver si me invento un tipo de generador pequeño para, aunque sea, prender un abanico”, dijo ingenioso.

Datos ofrecidos por el alcalde de Juncos, Alfredo “Papo” Alejandro, indican que la devastación ocurrida en este municipio a causa del huracán María son “de grandes proporciones”. De una población de 42,000 personas, más de 1,000 perdieron sus hogares y otra cantidad similar sufrió daños mayores en sus estructuras. Mientras, el 85% de los residentes aún están sin servicio de agua potable, mientras son pocas las expectativas de que se reestablezca pronto la energía eléctrica. A esto se suma que el sistema de telecomunicaciones es intermitente en el área urbana y nula para las comunidades rurales y apartadas.