La Sociedad Astronómica del Caribe (SAC) informó hoy que de acuerdo con datos obtenidos por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, en inglés), muestran la gravedad del exceso de contaminación lumínica en Puerto Rico.

Esta contaminación se demuestra por los cientos de luces, que en lugar de iluminar hacia las carreteras y hacia el suelo, desperdician la luz y el dinero gastado en dicha iluminación, al escaparse gran parte de la luz hacia el cielo, explicó la SAC en su página de Facebook.

La SAC indicó que los mapas más recientes de la NOAA muestran que el exceso de iluminación hacia el cielo que proviene de diversas áreas, específicamente del área metropolitana e la isla, y que ya parecen afectar otras zonas que anteriormente eran más oscuras, como la del bosque tropical El Yunque, entre otras.

"Unos pocos lugares en la isla desde donde aún se puede observar hermosas vistas del firmamento, incluyendo el centro de la Vía Láctea, ya se están afectando, según instrumentos que miden la luz", indicó la entidad educativa.

Ante esto, la SAC urgió al Gobierno y a la comunidad haga cumplir la ley existente #218 para el Control y la Prevención de la Contaminación Lumínica en Puerto Rico".

"El problema aquí está cada vez más grave, y muchos parecen desconocer que ya hay evidencia científica que vincula el exceso de iluminación con el aumento en casos de cáncer de seno, de próstata y otros tipos de cáncer", señaló la SAC.

El organismo explicó que la relación con el cáncer se debe a que el ser humano necesita unos períodos naturales de reposo en oscuridad, en los que el cuerpo produce una hormona o sustancia llamada melatonina, vinculada al sistema inmunológico y la cual nos protege de diversas enfermedades, incluyendo el cáncer.

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"Mientras descansamos o simplemente mientras es de noche, cuando nuestros ojos reciben luz artificial, especialmente luz blanca, en el cerebro se produce una señal que ordena la interrupción de producción de melatonina, afectando nuestra salud", detalló la organización.

La entidad educativa destacó que la seguridad ambiental mejoraría si se ubiquen las luces exteriores hacia abajo, a la vez que se evitarían los daños que está ocasionando la contaminación lumínica.

"El asunto es preocupante, ya que la contaminación lumínica no solo impide apreciar los cielos nocturnos, sino que afecta a diversas especies, incluyendo al ser humano ya que al comparar poblaciones similares, estudios han demostrado que las zonas con más iluminación inadecuada tienen más casos de cáncer", añadió.