Rocío, la amiga de cuatro patas de Sergio Lugo Fraga, llegó a su hogar tras buscarla en el Santuario de Animales San Francisco de Asís (SASFA) para participar de una actividad en su escuela, pero el cariño de ella fue tal, que la familia decidió adoptarla.

Fue precisamente la llegada de esta inquieta y alegre perrita, la que inspiró tanto a Sergio como a Ricardo Pérez y Aadi Patel, dos compañeros de clases en Baldwin School en Guaynabo, a seleccionar el santuario para la labor comunitaria que debían realizar como parte de un proyecto de graduación de octavo grado.

Por meses delinearon un plan para contribuir con la organización que durante 11 años rescata y da hogar a cientos de animales. 

Y es que SASFA se sostiene gracias al voluntariado y las donaciones de buenos samaritanos, como estos tres jóvenes de 13 y 14 años. 

Para arrancar el proyecto, los chicos visitaron el Santuario para conocer su necesidad. 

“Eso estaba bien chava’o”, dijo sin titubear Ricardo. “Bueno, yo pensaba que iba a estar peor… hay un edificio donde hay este montón de perros viejos, otros que son como enfermos, los puppy”, describió.

De la reunión con Dellymar Bernal, presidenta de la Junta de Directores de SASFA en Cabo Rojo, se estableció que contribuirían con la construcción de un gazebo para las actividades de adopción, así como con alimentos y medicamentos para aliviar las necesidades de la única institución en Puerto Rico que no practica la eutanasia en los animales.

“Desde María (el albergue) ha tenido más de 300 perros y necesitaban algún sitio para hacer las ferias de adopción... Es para darle un mejor sitio para que las personas los vean y quizás adopten”, explicó Sergio.

En el proceso de concretar la tarea, los estudiantes solicitaron cotizaciones a contratistas, buscaron el capital para levantar el gazebo... ¡Y lo lograron!

“Para hacerlo pasamos mucho trabajo”, reconoció Sergio.

Contribuyeron también con los chicos, la Tropa 193 de las Girls Scout, que les ayudaron con el recogido de alimentos y medicamentos para los perros y gatos del albergue. 

La satisfacción de haber contribuido para mejorar la calidad de vida de los animalitos ahora los llena de orgullo y no descartan continuar haciendo obras de bien para beneficio del País.