Con 100% del pueblo sin luz y ninguno de sus bancos abiertos, el alcalde de Cayey, Rolando Ortiz, urgió ayer al gobierno a repensar la forma en que está manejando la crisis que está atravesando el País tras el duro azote del huracán María hace ya poco más de dos semanas.

“Todos los ciudadanos tienen que tener una consciencia nueva sobre su responsabilidad social. Tenemos que convertirnos en comunicadores de soluciones y recursos de asistencia”, dijo.

Para dar una idea de la devastación en que se encuentra el municipio de Cayey, Ortiz mencionó que de sus 55,000 residentes más de 2,000 perdieron sus hogares, además de que muchos aún no cuentan con sistema de agua potable.

Además del problema de que todos los bancos del pueblo están cerrados, lo que dificulta el acceso a dinero en efectivo, Ortiz indicó que los cuatro supermercados grandes que operan en el municipio tienen sus suministros limitados.

“Hay alimentos que ya no están disponibles, como leche, huevo y arroz”, dijo al reconocer que también escasea el agua.

Mientras, las farmacias, por dilemas en la obtención de diésel, se mantienen abiertas pero, al igual que en el resto de la Isla, con horarios limitados. El Hospital Menonita, de Cayey, mientras tanto, está operando con planta eléctrica, dijo Ortiz.

“Los teléfonos satelitales que nos dieron (en el gobierno) no sirven y dicen, además, que tenemos que pagarlos”, indicó Ortiz.

Además, agregó que los suministros que les envía el gobierno central a los municipios no son suficientes. Como ejemplo, mencionó que diariamente reciben 120 botellas de agua y unas 300 a 400 unidades de alimentos, lo que reparten en espacio de media hora.

Para garantizar que los suministros se repartan con “justicia, equidad y transparencia”, el municipio de Cayey está utilizando a un grupo de maestros que acompañan a brigadas municipales en su recorrido diario por las comunidades. Además, en el estadio Pedro Montañés Vega guardan las provisiones de alimentos y agua, mientras que diariamente gestionan la repartición de 1,600 platos de alimentos calientes. En el estadio también se habilitó un área de lavadora y secadora para el uso de enfermeras, policías y otros trabajadores de emergencias.

“Mi percepción es que no hay gobierno que pueda enfrentar esta crisis solo. Si el gobierno central y el municipal no se unen, la tarea va a ser difícil de realizar. Todo buen puertorriqueño se tiene que convertir en un líder de su sector y encaminar los esfuerzos que se necesiten”, resaltó.

Agregó que el paradigma de que las personas se sienten a esperar a que el alcalde de su pueblo les traiga agua y hielo tiene que cambiar.

“No hay manera, los ciudadanos tienen que asumir responsabilidad comunitaria. Si no, no vamos a superar la crisis”, dijo.

Agregó que los alcaldes que permanezcan en sus pueblos visitando a su gente no gestionarán la ayuda que estos necesitan si no se mueven hasta donde están los recursos.

Por otra parte, Ortiz descartó que hayan municipios beneficiándose de los donativos recibidos.

“Se ha puesto en duda que hay alimentos y suministros que se han desviado y eso no es cierto. Conozco alcaldes de los dos partidos y estoy seguro que son gente comprometida y dedicada”, puntualizó al comentar que tal vez están corriendo estos rumores para justificar el por qué los recursos no están llegando al ritmo que se desearía.

El alcalde de Cayey también se mostró preocupado al reinicio de clases en las condiciones en que se encuentra el País.

“Es un error porque se reactivaría el sistema sanitario que ya está a punto de colapsar, además de que se crearían más tapones mañaneros. Y, sin teléfono, ¿qué se haría si un niño tiene una emergencia en una escuela? Es una situación que hay que repensar. Yo usaría los maestros como estructuras de liderazgo comunitario”, indicó.

Ortiz también dijo estar consternado por el recogido de los escombros, además de por el sistema que dispone de las aguas crudas en el Barrio Matón Arriba, el cual, según dijo, podría colapsar si las bombas que lo mantienen operando colapsan.