Vega Baja. Hay quienes realizan su misión de vida con alegría, sin quejas y agradecidos de Dios por lo poco o lo mucho que llegan a tener. 

Edith Ortiz Rivera, de 63 años, es este tipo de persona. Lucha por su hijo, Carlos Meléndez Ortiz, quien a los 30 años y pesando 100 libras, es como si fuera un bebé. 

Carlitos, como le llama, nació con perlesía cerebral. Solo balbucea, grita, se ríe y mueve su cabeza de lado a lado. Y aunque hace que los días de su madre sean largos y extenuantes, 

La jornada de esta abnegada madre comienza a las 3:30 a.m. o antes, si así su hijo lo exige.

“Él se levanta temprano. A las 3:30 a.m. hoy se levantó. Yo le pongo el radio, lo acomodo de nuevo y él se queda quietecito. Cuando lo levanto (lo saca de la cama), lo traigo, le hago desayuno, le doy el desayuno, lo baño, le doy sus medicinas, lo pongo en la cuna. Todos los días le tengo que cambiar las toallas, porque él duerme boca abajo y se babea, y yo no le dejo esa toalla para el otro día, porque no es higiénico. Yo cojo y lavo las toallas, si hay que mapear, mapeo; si hay que ir a la tienda, voy, y después del almuerzo, a la 1:00 p.m., pues me recuesto un ratito para ya a las 3:00 p.m. hacerle comida, para darle su comida y a las 5:00 p.m., 5:30 p.m., pues ya él está peleando para que lo bañe y lo acueste (a dormir). Y, después que se acuesta, yo me hago una comida liviana. De ahí me aseo y me acuesto a dormir, para el otro día hacer lo mismo”, explicó sobre la carga diaria que le ha tocado vivir. 

Todo esto Edith lo hace solita. Su esposo murió hace 18 años. “Yo brego sola con él. Yo tengo que hacerle todo. Lo único que él hace es comer y hacer sus necesidades, pero lo demás lo hago yo”, relató la madre en el balcón de su hogar, en la comunidad Las Granjas en Vega Baja. 

Pero aun cuando surja alguien que quiera ayudarla, Edith no delega el cuidado de Carlitos. Teme que algo le pase. 

Además de las enfermedades propia de la edad, la diabetes y la alta presión, Edith sufre de problemas musculares, sobre todo en los hombros, la espalda y en el nervio ciático. No es para menos. 

La mujer bajita toma en sus brazos a Carlitos para ponerlo en su silla de ruedas o ubicarlo en la antigua cama cuna en la que duerme. También lo carga para llevarlo a bañar o a hacer otras actividades.

“Es bien agotador. Algunas veces yo digo: ‘Dios mío, si yo tuviese un día para mí solita, para dormir. Pero, nada. Todo es para él. Él es mi vida… Donde él no pueda ir, yo no voy. He estado siempre con él. Él es todo para mi vida”, afirmó. 

La familia no tiene medio de transporte. Así que solicita el que provee la alcaldía de Vega Baja a las personas impedidas para hacer la compra o ir a los médicos. 

“Voy al supermercado y busco un balde de mapear (con ruedas). Lleno el baldecito y voy echando a un carrito de compras. Así voy poco a poco”, explicó, al hacer alusión a que por cada góndola va moviendo la silla de ruedas y el recipiente para poder adquirir lo necesario. 

En la casa de Edith y Carlitos se necesita una rampa para crear una segunda salida en caso de emergencia. Pero también hacen falta otras cosas.

Por ejemplo, una silla de ruedas hecha a la medida de Carlitos, y una cama cuna especial que facilite su descanso y la acción de levantarlo y acostarlo. 

Su silla de ruedas actual tienne más de 10 años, y a su cama se le han añadido tres mattress y varias tablas para levantarla. 

“Necesito una cama que sea segura para él. Yo también la necesito, porque son un poquito de años y no puedo casi levantarlo. Todo lo vamos a recibir con mucho amor y echarle bendiciones a las personas que lo hagan...”, dijo Edith. 

“Todo lo que necesito es para él. Después que él esté bien, yo soy feliz. ¿Verdad, Carlitos?”, concluyó la mujer. 

La familia también necesita secadora, nevera, una cama para Edith, pues la que utiliza está sobre bloques, así como artículos para el aseo de Carlitos, como toallas, almohadillas absorbentes (pads) y pañales de adulto con cintas adhesivas de tamaño mediano.

Todo aquel que pueda ayudar a esta familia, puede comunicarse con Edith al 787-944-3443 o con Ana Avilés, directora de la Oficina de Relaciones Públicas del municipio de Vega Baja al 787-855-2500, extensión 2905. También puede hacer donativos a la cuenta del Banco Popular 462308662, a nombre de Edith Ortiz Rivera.