“Estamos abriendo las carreteras y los senderos. Hemos reclutado unas cien personas para hacer esos trabajos”, dijo Sharon Wallace, supervisora del bosque, explicando que por ahora han estado trabajando con sacar los árboles caídos más grandes que eran los principales obstáculos en las rutas, pero aún no han podido terminar de abrir todos los senderos.

Wallace explicó que a través del bosque hay importantes deslizamientos de tierra que van a ser evaluados por ingenieros para ver la mejor manera de lidiar con ellos.

Agregó que la carretera PR-191, la principal a través del bosque, permanece cerrada, con un deslizamiento de tierra que amenaza a una residencia, por lo que se le encargó a la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA) atenderlo para evitar daños a esa propiedad. 

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En la carretera PR-988 una parte de la vía se hundió y también quieren asegurarse que no haya peligro antes de reabrirla. 

Los senderos también sufrieron considerablemente. Hay deslizamientos y árboles caídos bloqueando las rutas.

No obstante, al menos una sección en la parte noreste del bosque, donde están la PR-988 y los senderos Angelito y Puente Roto, podría ser reabierta pronto. 

El resto del bosque podría irse abriendo paulatinamente a medida que se rehabilitan las carreteras y senderos. 

Ante los pedidos de dejar entrar para poder ver los daños, Wallace reiteró que no se puede hacer porque “no es seguro, hay daños considerables en las rutas, deslizamientos que continúan moviéndose a diario. Mientras estamos limpiando, todavía hay peligros, árboles cayendo. Los senderos están destruidos”. 

Wallace adelantó que para enero podrían solicitar la colaboración de voluntarios para cooperar en la reparación de senderos. 

“Este es su bosque nacional y queremos que puedan volver a él cuanto antes. Sabemos que el bosque los ayudará a sanar las heridas del huracán. Es lo que El Yunque hace por todos nosotros”, afirmó Wallace, quien agradeció a “las brigadas puertorriqueñas que han estado trabajando con nosotros, con gran compromiso, 12 horas al día durante semanas, incluso cuando sus propias casas habían sufrido daños”.