La maestra que aparentemente se suicidó al inmolarse el pasado viernes frente a la playa de Punta Salinas, en Toa Baja, reclamó por más de un año al Departamento de Educación ser trasladada de la escuela elemental Delia Dávila de Levittown, informó ayer la presidenta de la Asociación de Maestros, Aida Díaz.

Según relató, la organización ayudaba desde el 2017 a Melba Cuevas Santos en su reclamo.

“Ella estaba pidiendo un cambio. No se quejó de hostigamiento laboral. Sí se quejaba de que ella no quería irse a estudiar el método Montessori, porque era un proceso largo. Para una persona que llevaba 23 años en el sistema, comenzar con un método distinto era retante y sí, ella quería moverse”, expuso Díaz.

Comentó que la mujer acudió en varias ocasiones a la región educativa de Bayamón junto a personal de la Asociación y le indicaban que ellos no tenían acceso a la plataforma de Educación. Como no habían logrado adelantar su petición, le dieron la dirección de correo electrónico de la secretaria Julia Keleher, a la cual escribió en julio pasado sin obtener respuesta.

Dijo que lo único que pasó en agosto pasado, cuando comenzaron las clases, fue que la maestra fue cambiada a dar quinto grado, cuando comúnmente se le asignaba tercer grado.

El aparente desenlace de toda su lucha se dio a conocer el viernes, cuando la Policía informó del hallazgo de un cuerpo calcinado en Punta Salinas, que resultó ser el de la educadora.

Aunque la Policía no ha detallado la causa de la muerte, el comandante José Arrocho Vega, jefe del Cuerpo de Investigación Criminal de Bayamón, informó que apunta a un “aparente suicidio”.

El funcionario indicó que en la residencia se encontró una carta de despedida en la que aludía a unos problemas.

El hijo de Melba, Jeron Santiago Cuevas, dijo a varios noticiarios que los problemas que denunciaba estaban relacionadas a su petición de ser transferida de la escuela.

Primera Hora contactó a una maestra del plantel, pero esta dijo que no se sentía preparada para hablar de su compañera de labores.

“No hemos recibido todavía ni ayuda sicológica. Que nos den espacio y respeten nuestro dolor”, afirmó.

En escuetas declaraciones, el portavoz de Educación, Alexis Ramos, explicó que “la maestra de la escuela Montessori Delia Dávila, Melba Cuevas, trabajó en el sistema de Educación por espacio de 20 años. Fue maestra de tercer grado durante varios años. En  agosto de 2018 se asignó a trabajar los grados cuarto, quinto y sexto por necesidad en la escuela. Igual que han hecho cientos de maestros en distintos momentos, la educadora solicitó un cambio, que incluía ser transferida de esa escuela Montessori a una escuela regular”.

Añadió que “se estaba evaluando la situación y haciendo las gestiones para concederle el cambio solicitado”.

Por otro lado, la presidenta de la Asociación de Maestros reveló que Melba “no es la única que está así. Ella llegó al extremo. Hay otros compañeros con una depresión enorme”. 

“Como ahora es tecnológico todo, el factor humano no se toma en consideración”, denunció Díaz, al destacar que “tanto cambio, mucha improvisación, les crea incertidumbre (a los maestros). Temen que la escuela se convierta en charter, los muevan por cierre de escuela, (y) el sistema de nombramientos ahora cambió y tú no puedes solicitar un pueblo como prioridad para trabajar”.

La portavoz de Educamos añadió que “los maestros están arrinconados” y no son escuchados por Educación.

“Eso no se está discutiendo. Hay una desvalorización total a la labor que realiza el magisterio puertorriqueño”, sentenció Ayala.

Si tiene pensamientos suicidas, solicite ayuda a la Línea PAS de la Administración de Servicios de Salud Mental y contra la Adicción (ASSMCA) al 1-800-981-0023.