Wilka Guzmán lloraba desesperada mientras observaba como las aguas inundaban su residencia una vez más y amenazaban con acabar lo poco que logró salvar. 

Durante el paso del huracán María, Guzmán perdió el techo de zinc de la vivienda, lo que provocó que las aguas inundaran los dos niveles de la residencia de cemento donde vive con su madre y dos hijos. Ayer, intentaban de salvar lo que les quedaba. 

En el pasillo del piso superior había zafacones, ollas y colchas con las que trataban detener que el agua corriera escaleras abajo y llegara al primer nivel donde ubica la cocina, sala y el cuarto de su mamá, Aida Luz Vázquez. El esfuerzo, sin embargo, parecía infructuoso. 

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“Teníamos esperanza que iban a venir con unos toldos para tapar allá arriba, es triste, como siete veces hemos sacado agua”, dijo Vázquez interrumpida por el llanto.

“Tratamos de tapar lo mejor que pudimos, pero comoquiera baja el agua”, agregó su nieto, Joseph Sánchez. La familia vive en el barrio Guaraguao de Guaynabo.

El alcalde de Guaynabo, Ángel Pérez, cuestionó que la Agencia federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) no le haya hecho llegar a los ejecutivos municipales toldos para que las familias cubran los techos de sus residencias y protejan las pertenencias.

“A una semana del evento no se ha montado un solo toldo. Antes se les daba los toldos a los alcaldes…pero en esta ocasión no ha sido así. Cuándo ellos van a llegar aquí a poner los toldos”, planteó Pérez, quien solicitó 1,500 toldos. 

Las áreas rurales de Guaynabo, como lo son los barrios Guaraguao, Mamey, Sonadora y Hato Nuevo, fueron algunos de los que resultaron más devastados. Allí, los residentes perdieron sus viviendas, vehículos, muebles y enseres. También algunos de los caminos quedaron intransitables, como el puente del sector Los Báez. 

En las aguas que cruzan por dicho puente, una familia aprovechaba para lavar su ropa y darse un baño.

Mientras, Joseph Molina buscaba agua que extraía del río con un balde al que amarró una soga. Dijo que se ha dado a la tarea de buscar el líquido y repartirlo entre los vecinos que no tienen medio de transporte. 

“Con esta agua yo lavo la ropa porque no hay más na’”,  dijo el hombre al explicar que le echa al agua unas gotitas de clorox para poder utilizarla para fregar.

En el barrio Guaraguao encontramos también a María Maldonado que se refugiaba junto a sus hijas y nietos entre la cocina y su cuarto, los únicos espacios que quedaron en pie de su residencia. En la parte superior de su vivienda, estaba la casa de su hija, Ruth Reyes, que también fue pérdida total.  “Hay vida, hay salud, todo lo demás llegará”, señaló la madre de dos sin perder la sonrisa en su rostro. 

Pérez, explicó a Primera Hora, convirtió el lobby de la casa alcaldía en un centro de ayuda en el que los ciudadanos pueden llenar, con ayuda de personal municipal, la solicitud de ayudas a FEMA a través de la página web. Están atendiendo unas 300 personas diarias. 

“Esto nos va a ayudar a cuantificar cuántas familias resultaron afectadas”, expresó al agregar que ya ha empezado a buscar ayudas en el Centro de Distribución para aliviar a las familias afectadas. 

Agregó que el centro Yolanda Guerrero busca establecer un “stop and go”, donde las personas puedan ir a alimentarse. 

Sumado a la preocupación de la entrega de toldos, Pérez cuestionó cuánto tiempo se tardará en llegar la ayuda de FEMA para que las familias puedan regresar a sus hogares.

“FEMA está atendiendo lo que ocurrió en Houston; FEMA está atendiendo lo que ocurrió en la Florida yo escuché a una de las personas de FEMA decir que ellos estaban atendiendo, que tenían en estos momentos sobre 1.5 millón de solicitudes y que ahora estarían entrando la de Puerto Rico, tú dices, wow, cuán rápido va a llegar al ayuda a mi gente”, señaló el Ejecutivo Municipal.