¿Padre qué?

Varios en el sector Playita ya ni se acuerdan de Manuel Tobaja Villegas, a pesar de que ése era “su barrio” y que repartía comida a los vecinos del lugar.

PRIMERA HORA visitó ayer la comunidad santurcina y preguntó a varios si recordaban al padre Manolo, mejor conocido como el “cura fatulo”. Muchos confesaron no recordarlo.

Pero Brígida Rivera sí lo recuerda, y con mucho cariño.

“Él venía en una guagua a darle comida a la gente por aquí. Él venía con unas madrecitas (monjas). Venía con cartuchos de arroz, bistec”, recordó Rivera, mejor conocida como doña Villa.

Relató que un día se sorprendió al verlo a las 6:00 a.m. Era octubre de 2001 y se había escapado de la Penitenciaría Estatal de Río Piedras con una orden de excarcelación falsa, pero ella no lo sabía. Ella le preguntó: “¿Qué le pasa, usted no es el padre?”, y él le dijo: “Sí, pero estoy por aquí...” Él se escondió en una estructura cercana a su casa.

Él le escribió una carta desde la cárcel. Le agradecía por su ayuda y le pidió perdón.

¿Lo perdonó?

–Pues claro que lo perdono. Con toda mi alma porque a veces uno piensa las cosas para hacerlas y... sin querer, uno comete errores.

Usted es católica. ¿No se sintió engañada?

–No, no, fíjate. Después que vinieron y lo arrestaron ahí, pregunté si él había hecho daño a un niño o a una mujer, pero nada de eso, sino que robaba y que decía que era cura cuando no lo era.

Doña Villa se alegró de que vaya a salir en una película y que hará el papel de un cura.

Su vecino, Nicolás Pérez, indicó que conoció a Tobaja en un negocio frente a su hogar. Recordó que el “padre” se presentó, “bien sociable, bien buena gente”. Hablaba de cosas de la Iglesia y lo llevó a la parroquia donde vivía.

Cuando supo que era un cura falso, “todo el mundo se quedó bobo, yo también me quedé bobo”. Pero, dijo no sentirse engañado porque “uno no se puede dejar engañar”.

“Hizo una amistad conmigo, una amistad sincera. Es un hombre que penetra, que convence”, expresó.

Cuando se fugó y se escondió en el sector, don Nicolás le preguntó qué le pasaba, y le contestó que había hecho “unas cosas” en su país natal, España. No volvió a hablar más con él.

Está en España filmando una película en la que hace de cura...

–¿De cura? (risas).

Tobaja Villegas fue deportado en diciembre de 2007 a su patria tras cumplir una pena de seis años por cargos de apropiación ilegal e impostura. Llegó a Puerto Rico en el 2000 y se hizo pasar por sacerdote católico en la parroquia San Jorge. Ofició 77 misas, tres bodas, dos bautismos y varias confesiones. Además, se le acusó de apropiarse de colectas y de dinero de un convento de religiosas.