Pese a que el gobierno ha dicho en todo momento que en Puerto Rico hay suficientes abastos de diésel, el sector privado ha comenzado a poner en duda tal aseveración.

Ayer la mayoría de las cadenas de supermercados, restaurantes y farmacias tenían muy pocos de sus establecimientos abiertos y lo hacían con suma dificultad. El problema común de todos era que no tenían diésel para operar sus tiendas.

Iván Báez, director de Asuntos Públicos de Walmart Puerto Rico, indicó que de las 45 tiendas que tiene la empresa en la isla -incluyendo los Sam’s Club, Walmart, Supermercados Amigo y Walmart Supercenter-, ayer apenas había una veintena de ellas “en estado operacional”. Eso significa que a casi una semana del paso de María, había algunas abiertas en horario especial y otras listas para hacerlo, pero no han abierto aún.

“Necesitamos que se mantenga el suministro de diésel de manera estable y consistente; y el gobierno que trate de reparar rápido las líneas eléctricas para poder desconectar los generadores”, sostuvo Báez como razón por la que no han reabierto sus tiendas.

Señaló que la mercancía de primera necesidad está llegando al país. “El reto no está en los suministros, sino en mantener las tiendas abiertas porque hace falta el diésel”.

El Nuevo Día supo que el gobierno le incautó los abastos de diésel a una de las principales cadenas de supermercado el pasado domingo. Manuel Reyes, vicepresidente ejecutivo de la Cámara de Mercadeo, Industria y Distribución de Alimentos (MIDA), confirmó la información. A preguntas de por qué ocurrió la incautación si se supone que cada empresa busque abastos de diésel, Reyes indicó que el gobierno no les dio explicación. 

Asimismo, el ejecutivo de MIDA dijo que los supermercados y los restaurantes necesitan llenar sus plantas eléctricas y para ello recurren a camioneros independientes que acarrean entre 2,000 y 6,000 galones de diésel. Pero en esta crisis, se les ha hecho difícil conseguirlos y pese a que le han pedido un listado de contactos a la Comisión de Servicio Público, entidad que los regula, la agencia no les ha podido suministrar la lista.  

De igual modo, muchas farmacias, tanto las de cadena como las independientes, no han podido reabrir y las que ya están en operaciones no saben por cuánto tiempo podrán operar, debido a que necesitan diésel.

“Hay farmacias operando parcialmente de 9:00 a.m. a 1:00 o 2:00 p.m. para economizar el diésel. Problemas de medicamentos no los hay; el problema es el acarreo por la limitación de diésel y gasolina”, manifestó Heriberto Ortiz, director ejecutivo de Coopharma. 

En el caso de Walgreens, la cadena ha podido reabrir solo el 50% de las 121 tiendas, según Nivia Santiago, vicepresidenta regional de la empresa. “Estamos operando de 8:00 a.m. a 5:00 p.m. para ajustarnos al toque de queda. Tenemos 60 tiendas abiertas, estamos trabajando con diésel según llega el combustible. He tenido que cerrar farmacias porque se nos ha acabado”, confesó la ejecutiva.

De igual forma, Apolinar de los Santos, presidente de la junta de directores de FamCoop, denunció que las fábricas de hielo no están operando después del huracán María por la falta de combustible. “Yo pienso que no hay suficiente combustible porque si lo hubiera no estaríamos haciendo las filas ni en las condiciones en que estamos”, manifestó. 

Las largas filas en las gasolineras y en los comercios no es por culpa de los camioneros aseguró Víctor Rodríguez, líder del Frente Amplio de Camioneros. “Los camioneros están dispuestos a transportar toda la mercancía. A quién hay que preguntarle es a FEMA porque hay cientos de camiones esperando. El problema está en el gobierno. FEMA tiene el control del diésel y la gasolina”, aseveró Rodríguez.

Por su parte, Eduardo Marxuach, presidente de la cadena Econo, tiene cuatro preocupaciones que entiende deben atenderse con celeridad, entre ellas el suministro de diésel. Atado a eso está el hecho de que hay productos perecederos que han comenzado a dañarse por falta de electricidad y las compañías privadas encargadas de recoger la basura no han ido a buscarla porque sus camiones no tienen diésel. “Esto es un asunto de salud y no se está atendiendo con la rapidez que debería”.

Como tercera preocupación, Marxuach mencionó que la banca debe proveer una solución al dilema de las transacciones electrónicas. “La banca tiene que actuar con mayor diligencia para resolver este problema”, sostuvo. Y el cuarto reto es la comunicación, la que ha impedido que los negocios puedan comunicarse con los empleados, otras tiendas y con sus suplidores. 

Mientras, Luis Sepúlveda, presidente de la Asociación de Detallistas de Gasolina, puso en duda que ya estén en operaciones 450 estaciones como dice el gobierno. “Yo no creo que haya tantas”.