Naranjito. A sus 40 años, Emmanuel Cosme Ortiz ha tenido dos vidas: una marcada por las tragedias y otra que busca pintar de esperanza.

Antes del pasado 27 de febrero, la muerte tocó a su puerta en tres ocasiones, dejando huellas de dolor, duros recuerdos, innumerables lágrimas y una etapa de discapacidad que ahora lucha por dejar atrás.

Hace casi 20 años perdió a dos hijos de la manera trágica. Su primera hija murió atropellada en la marquesina del hogar.

“Se me salió de las manos”, contó la esposa de Emmanuel, Jeannette Fuentes Morales, de 41 años, ahogada en llanto. Relataba cómo la niña corrió hasta la marquesina y pereció atropellada por el auto que manejaba su padre. Un año después, su segundo hijo nació con una bacteria y murió.

“No ha sido fácil la vida de nosotros”, destacó Jeannette sumida en la tristeza que le ocasionaba ayudar a su esposo a contar parte de la historia que los llevó a unirse más como familia y a vivir una etapa marcada por la precariedad en una pequeña casa del barrio Cedro Abajo, que hace colindancia entre Naranjito y Corozal.

Posteriormente, el matrimonio logró tener dos hijos: Emmanuel, de 12, y Emilyanet, de 15.

Para levantar a su familia, Emmanuel trabajaba en la construcción. Pero, hace siete años su fortaleza para laborar comenzó a cambiar, hasta que comenzó a vivir “la pesadilla” que atraviesa.

Todo comenzó con pequeños derrames cerebrales que le ocasionaban debilidad. Aun así, trabajaba y se dio a la tarea de comenzar a edificar su propio hogar. Sólo llegó a habilitar una pequeña habitación, un baño, un pasillo -que se convirtió en la cocina-, y una sala, que terminó como el cuarto de sus dos hijos.

“Como él se sentía mal, muchas veces empezaba un día a trabajar y estaba dos o tres días en cama… Iba al médico y decían que era otra cosa. No habíamos podido terminar (la vivienda) por las cosas económicas y médicas”, detalló la mujer.

Llegó el huracán María y azotó sin piedad. Al igual que muchas familias boricuas, los Cosme Fuentes emprendieron su rumbo hacia Estados Unidos, específicamente a Pensilvania.

“No nos fue bien, porque estuvieron las nevadas y fuimos a un sitio muy frío... Regresamos. Pero habíamos vendido todo (en Puerto Rico). Incluso, nuestra casita pequeña estaba alquilada y cuando regresamos no teníamos dónde vivir”, señaló.

El matrimonio comenzó desde cero nuevamente. Consiguieron empleo, amueblaron su casa y retornaron a la vida diaria. Pero en enero, Emmanuel fue internado en un hospital.

“Él tenía una vida normal hasta enero… Tuvo una convulsión que quedó inconsciente y después de esa convulsión se descubrió que tiene un tumor cerebral desde hace muchos años. Luego de que se descubrió ese tumor, tenía que someterse a una cirugía de emergencia y lo más pronto fue para dos semanas y no contábamos con el dinero disponible para poder sufragar los gastos. Él no tenía plan médico y tuvimos que sacar un plan de seguro de salud de emergencia. Pero entonces, cuando lo iban a someter a cirugía, en el lugar donde lo iba a operar (el HIMA de Caguas) no aceptaban ese plan. Como ya nosotros estamos juntos hace mucho tiempo, tuvimos que casarnos de emergencia para poder utilizar el plan familiar”, así fue que la pareja se casó el 23 de enero ante un notario público.

En todo este proceso la familia gastó en menos de un mes sobre $10,000.

“Hemos hecho de todo (para conseguir el dinero). Hemos pedido en la calle, vendido dulce de naranja”, expuso, por su parte, la tía de Emmanuel, Ana Luz Ortiz Losada.

La primera operación para remover el tumor cerebral se realizó el 26 de febrero.

“Él se complicó y nunca despertó de la anestesia. Ese mismo día comienza a tener múltiples convulsiones”, explicó Jeannette.

En menos de 24 horas, Emmanuel recobró la vida, fue operado por segunda ocasión por el neurocirujano Dr. Rodolfo Alcedo.

“Él (Emmanuel) dice que se fue y que Dios le dio una segunda oportunidad”, contó su tía.

Pero en esta etapa de la vida, el hombre enfrenta una parálisis (hemiplejia) en el lado izquierdo del cuerpo. Mientras, todavía se desconoce si tendrá que recibir quimioterapia o radioterapia para evitar que el tumor, que no era canceroso, vuelva a crecer.

“Esto para mí es una pesadilla, lo más difícil”, expresó Emmanuel, quien con su mano derecha acariciaba y levantaba su mano izquierda en un intento por sentirla.

Lloró desconsoladamente al tratar de explicar el drástico cambio que ha tenido.

“Estoy muy mal. Nunca me ha gustado ocupar a nadie y ahora es dependiendo de todo el mundo. Unos días me siento bien y otros regular, pero pa’ alante”, añadió.

Ahora, la familia depende del sueldo de Jeannette, quien trabaja en el Hospital Auxilio Mutuo. Mientras, el cuido de Emmanuel y de sus hijos durante el día se lo dividen su madre, Luz María Ortiz Losada y su tía Ana Luz.

“Esto no ha sido fácil. Es todos los días llorando, pero pidiéndole al Señor que nos ayude y me lo levante”, comentó la madre.

Para poder recuperarse, Emmanuel principalmente necesita culminar la construcción de su casa. Es que hay tan poco espacio en el estudio en el que viven, que apenas cabe la silla de ruedas que el plan médico le cedió hasta mayo próximo.

Tampoco hay espacio para que Jeannette tenga su propia cama. Así que  duerme en un mattress inflable, al lado de la cama de posiciones que el plan médico también podría quitarle a Emmanuel el próximo mes. Mientras, los dos hijos adolescentes están confinados en una pequeña sala.

Pese a todas las necesidades que tiene su familia, Emmanuel lo que pide es ayuda para poder sobrellevar este tiempo.

“A mí me gustaría que me ayudaran con el cuarto y el baño, para no molestar a nadie y hacer mis propias cositas”, suplicó.

Pero, además de modificar su pequeña casita para una persona en silla de ruedas, la familia necesita más espacio. Actualmente, el padre de Emmanuel, Carlos Cosme, va solito unas cuantas horas del día a poner un bloque por aquí o por allá, o a hacer alguna que otra excavación a pico y pala. Pero al hombre ya los años le pesan, contó que llevaba una semana sin ir, pues le dio “gota” (un tipo de artritis).

“Ahora mismo, hasta con mano de obra nos pueden ayudar”, dijo Cosme.

Usted puede cooperar con esta familia aportando un sillón de ruedas, una cama de posición, un andador, un “afo” para que Emmanuel pueda mantener la pierna izquierda estable y que pueda afirmar el pie, una nevera, materiales de construcción o mano de obra para edificar la vivienda. Emmanuel promete que lo agradecerá una vez salga de esta difícil etapa.

Para colaborar, puede comunicarse al 787-347-8685 o hacer su aportación a través de ATH Móvil al 787-964-6251.