Los residentes de Toa Baja se debería sentir, al menos, un poco más seguros cuando se susciten lluvias en su municipio.

Y es que el alcalde Bernardo “Betito” Márquez García compró, instaló y probó seis sirenas de comunicación masiva que colocó en Isla de Cabra, Palo Seco, Levittown e Ingenio. Estas áreas fueron fuertemente azotadas por el huracán María, siendo de las más afectadas en la zona norte.

“Son sirenas para situaciones de emergencia. Las asocian con tsunamis, pero sirven de comunicación en situación de emergencia”, explicó el líder ejecutivo municipal.

Los artefactos tuvieron un costo que ronda los $75,000, que fueron sufragados con fondos municipales.

“El lunes al medio día fue la prueba oficial y todo salió funcionando perfectamente. Se midió sonido de las alarmas como el mensaje de voz. En cada una de las áreas funcionó”, indicó el alcalde del Partido Nuevo Progresista.

La semana pasada lo aparatos fueron certificados por la Red Sísmica y el Servicio Nacional de Meteorología.

Aunque Márquez García no pudo precisar las millas de ráfagas y vientos que aguantarían las sirenas, aseguró que fueron colocadas en postes que no sufrieron daños y permanecieron erguidos tras la catastrófica María.

El año paso, para cientos de familias toabajeñas, luego que los vientos del fatídico 20 de septiembre cesaron, no llegó la calma,sino otra tormenta, pues el lago artificial de Levittown se desbordó e inundóvarios sectores del complejo de urbanizaciones. Residentes se refugiaron en sus techos, en medio de la noche, a la espera de algún rescatista. En aquel momento, nadie les pudo avisar.

“Desde que nosotros llegamos [a la alcaldía] en el 2017, las sirenas que estaban no funcionaban por falta de mantenimiento”, dijo el alcalde.

La semana pasada las sirenas fueron certificadas por la Red Sísmica y el Servicio Nacional de Meteorología. (Suministrada)
La semana pasada las sirenas fueron certificadas por la Red Sísmica y el Servicio Nacional de Meteorología. (Suministrada)

Es por esto que el municipio norteño comenzó un proyecto de organización, prevención, comunicación y empoderamiento de las comunidades.

“Vamos a hacer una inversión en el área suroeste de Toa Baja en este nuevo año. Vamos a poner una sirena en el casco urbano y tres o cuatro en el área suroeste… habilitar otras áreas que puedan ser recipientes de personas afectadas para lograr una intercomunicación de comunidades para crear solidaridad”, detalló.

Para futuras emergencias, Márquez García también ha ideado un plan que involucra a unas 80 personas, que incluye líderes religiosos.

Consiste en crear centros de acopio y distribución en varias iglesias del municipio para que sean recipientes de suministro y agua. Estas sedes serán con antelación de conocimiento público para que la ciudadanía pueda dirigirse a los lugares y abastecerse.

“María lo que hizo fue adelantar lo que es el proceso educativo del empoderamiento para que se ayuden unos a otros. Es la organización de las comunidades de forma intensa para que la participación ciudadana, como en María, sea consistente. Convertir a los líderes en una parte inherente del proyecto”, expuso.

No obstante, el jefe de los toabajeños y toabajeñas confesó que aún se encuentran en proceso de recuperación. Además, trabajan en la mitigación con limpieza de sumideros y caños.

Hace más con menos

Todo este esfuerzo, aseguró, lo ha logrado maximizando los recursos municipales, pues la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, en inglés) le adeuda $2 millones en reintegros.

“El proceso de reembolso de ese dinero nos ubica en una situación difícil. Inviertes ese dinero y no regresa con celeridad. Estamos metiendo presión para que nos llegue el dinero porque lo necesitamos”, insistió.

Asimismo, aprovechó el momento para pedirle a las familias que tengan un plan alterno y que estén pendientes a las noticias y boletines en este pico de la temporada de huracanes.