Un nuevo estudio comisionado por la organización ambientalista Earthjustice reiteró la presencia de químicos tóxicos, a niveles peligrosos y por encima de lo permitido por las agencias reguladoras, en cenizas de carbón producidas por la planta generadora de energía AES (Applied Energy Services), denunció el Colegio de Médicos Cirujanos de Puerto Rico, que catalogó la situación como “un problema muy serio de salud pública general”. 

Los resultados de este estudio se suman a otros anteriores, como los realizados por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Puerto Rico (UPR), que también han detectado presencia de sustancias tóxicas que se asocian a diversas enfermedades, incluyendo algunas de carácter grave y hasta mortal.

Según explicó el doctor Domingo Cáceres, presidente de la Fundación del Colegio de Médicos Cirujanos, entidad que lleva años trabajando con las comunidades afectadas por el depósito de cenizas de carbón, este estudio confirma lo que ya han señalado antes otros estudios epidemiológicos, que han identificado en las comunidades como las de Guayama cercanas a la planta de AES un mayor número de condiciones de salud como cáncer, diabetes, abortos, enfermedades cardiovasculares.

“Lo vemos en Guayama, donde encontramos que esos problemas de salud están allí desde que comenzó a funcionar la planta. Y el único foco contaminante allí es la carbonera (AES). Y lo estamos viendo también en las comunidades donde se depositaron esas cenizas, que prácticamente las regalaban y las usaban las compañías de construcción como relleno, en urbanizaciones, en carreteras”, comentó el doctor.

El nuevo estudio, explicó, evaluó muestras de las comunidades urbanización Parque Gabriela y Ranchos Guayama en Salinas, así como el Conector Dulces Sueños en Guayama, y encontraron elevados niveles de arsénico, un químico que “es tóxico y es bien peligroso”.

“Este estudio lo verificó el doctor Osvaldo Rosario, que es químico. Ahí se encontraron niveles de arsénico que oscilan entre 6 y 15 partes por millón, y eso es de 9 a 22 veces el nivel de detección regional de la EPA (Agencia de Protección Ambiental) para arsénico en suelos residenciales. Es de 2 a 5 veces el nivel considerado seguro para el suelo en propiedades industriales. Esto es bien por encima de los niveles tolerables”, alertó Cáceres.

El doctor resaltó que la presencia de arsénico en el área sur es todavía más preocupante porque en esa zona de la Isla se usa mucho el agua de pozo y se sabe que el arsénico se deposita mucho en las aguas de pozo.

El especialista comentó que, si bien es cierto que el arsénico ocurre de forma natural, “jamás se da a esos niveles. Aquí sube la concentración de arsénico por la deposición de cenizas”.

“Esas cenizas fueron toneladas que se pusieron como relleno y ahora están saliendo las cenizas. Y además de las concentraciones en el acuífero, sale ese polvo, y se respira, se come”, agregó el doctor. “Y el arsénico en los niños, aunque sea una concentración que se crea ‘tolerable’ con los años se acumula, y van a tender a desarrollar algún tipo de cáncer, mayormente de riñón, vejiga e hígado. Y si buscas las estadísticas, vas a ver que la región sur tiene más incidencia de cáncer, el cáncer allí es bien prevalente”.

Aclaró que no solo toda la región sur está expuesta a ese tóxico, sino también otros lugares donde se han depositado las cenizas de carbón, como Humacao.

De hecho, en la barriada Morales en Caguas, se encontró que también depositaron cenizas de carbón que se cree están causando males a la comunidad. “O sea, que esas cenizas pueden estar por todos lados, también en el norte, en San Juan, porque la regalaban y se usó como relleno por doquier”.

Además, está el polvo fugitivo, que son las partículas más finas de cenizas, “que está todo el tiempo saliendo de la planta y todo el mundo está expuesto a respirar ese polvo, mayormente en Guayama y el sur, pero llega hasta a Aguadilla”.

Ese polvo, agregó, también está incidiendo en la elevada cifra de enfermedades y condiciones respiratorias que se ve en la población.

El doctor detalló que el arsénico “es un disruptor orgánico, que altera la cadena de producción de hormonas en algunas glándulas. Y eso causa toda clase de problemas relacionados con las hormonas, como la diabetes”.

Por si fuera poco, agregó, las cenizas de carbón también provocan otros problemas como la entrada a la cadena alimenticia de químicos y metales pesados peligroso, como el Mercurio, que luego la gente ingiere a través de peces, langostas y cangrejos.

“Ahora mismo, hay una montaña de unas 400,000 toneladas de ceniza (en la planta de AES) que no tienen a dónde llevarlas”, denunció el doctor. “Por eso es que se está solicitando: el cierre de AES, que ya no hace falta y podemos manejar la demanda de energía sin ella; que se lleven las cenizas; que limpien los lugares que contaminaron; y que indemnicen a las familias que afectaron”.

“Esto es un asunto bien serio. Pero las comunidades están bien motivadas, por la salud de su gente. Sus comunidades se están vaciando, ven las enfermedades de la piel, las enfermedades respiratorias, el cáncer. Ves el cáncer en los niños, que eso no es común. Y es algo muy preocupante”, insistió Cáceres.

“Y el gobierno debe tomar cartas en el asunto. Es una cuestión de sentido común. No podemos seguir envenenando y matando a nuestro pueblo, y más con un sistema de salud colapsando”, agregó el doctor.

Tras conocerse los resultados de este nuevo estudio, el colectivo Resistencia contra la Quema de Carbón y sus Cenizas tóxicas (Resistencia RCC), llamó al pueblo a unirse a una manifestación que llevarán a cabo el próximo sábado 24 de agosto frente a la planta de AES en Guayama, desde las 10:00 a.m., para exigir el cierre de esas instalaciones.

Primera Hora intentó conseguir una reacción de AES a este nuevo informe, pero la petición no había sido respondida.