Cabo Rojo. Muchos se detienen a tomarse fotos frente a su casa, que salta a la vista por decenas de imágenes de alienígenas en cartón.

Carlos Vargas Figueroa comenzó a coleccionar “cabezas de seres extraterrestres” hace poco más de un año, para colgarlas en las afueras de la casa, a la altura del kilometro 16.7 de la carretera 101 intersección con la 301, cerca de la antigua entrada a la playa El Combate en Cabo Rojo.

Quien ha pasado por esta vía, no ha podido ignorar el imponente árbol del que cuelgan “objetos no identificados”, alienígenas, muñecas y otras imágenes de carácter morbosas. La verja hecha con hojas de palma secas cubre totalmente el frente de la casa, que mantiene dos marcos en madera de corto nivel, lo que hace agacharse a quien quiera que entre o salga por el acceso. 

¿Qué hay detrás de ese pequeño portal?

Primera Hora confirmó que solo es una casa común y corriente, con patio y balcón enrejado, un tendedero para los mapos y los trapos mojados y bancos para sentarse a tomar el fresco de la tarde.

Sin embargo, este entorno está decorado con particulares imágenes, que podrían inquietar a la visita, si no está familiarizada con la afición de Carlos de tener decenas de alienígenas colgados de las plantas del patio, del portón, y hasta en el espaldar del banco improvisado con una tabla de madera.

¿Por qué llama a su casa la Ruta Ovni?

“Empezó como un relajo. Con uno. Después hice otro y la gente empezó a venir”. 

El hombre de 42 años y camionero de oficio en el sector privado desde los 27, confesó que en un principio lo que colgaba del árbol eran pantis y sostenes de mujer. 

“Aquí vino una agente de Delitos Sexuales, que parece que se creía que los pantis eran del cordel de su casa (cerca de la suya), y me hizo sacarlos”, dijo, reiterando la inocencia que en un principio por poco le cuesta un lío con la policía. Habiendo pasado por este “malentendido”, los quitó. Pero no pasó mucho tiempo, cuando empezó a colgar algo más llamativo.

“Un día empezó a llegar gente a sacar fotos. Era de madrugada y me creí que era el FBI por tanto “flasheo” (por la luz de las cámaras al retratar). Eso era toda la noche y hasta la madrugada”, acotó Carlos, quien comparte residencia con su hermano gemelo Norman. Aunque este no estuvo disponible para entrevista, Carlos asegura que “le da lo mismo” la apariencia de la casa, que se ha convertido en un punto de atracción para locales y turistas.


Aníbal Lopez, un empleado de un negocio de piezas de auto que ubica justo frente a la residencia, confirmó a este medio que son cientos de personas las que se paran a retratarse con los “marcianitos”.

En su opinión, “los gemelos son personas muy buenas, que no hacen daño a nadie. La gente los busca, pero ellos no salen casi. Es muy difícil que salgan a retratarse con nadie. Solo dejan que la gente pose frente a la casa”, aseguró el dependiente.

¿Por qué el tema de los ovnis? ¿Ha tenido algún encuentro cercano?

“Bueno, de extraterrestres a mi lado no. Pero hace un tiempo, como hace 15 años, en la Sierra Bermeja en Lajas vimos unas luces”, dijo, separándose de las experiencias que dice haber tenido el autoproclamado ufólogo Reinaldo Ríos en ese lugar. “Él dice que ha pasado por el polígrafo, pero para mí es mentira lo que él dice”, acotó.

La casa ha llegado a tener más de 35 figuras de alienígenas colgando en las afueras, que son custodiadas por Conan, su perro guardián. Sin embargo, hay quien osa de pasar y romperlas.

De hecho, los gemelos tienen una hermana que hasta les ha llegado a ofrecer dinero para que quiten eso del patio, pues la mujer es maestra y dice que sus compañeros de escuela la incomodan con comentarios. “En estos días la oferta está siendo considerada”, según Carlos.