Los contagios por el virus de influenza en la isla aumentaron registrándose el alza más alta en lo que va de temporada 2018-2019, según revela el último informe semanal de vigilancia del Departamento de Salud.

La estadística epidemiológica indica que en la cuarta semana del año, que comprende del 20 al 26 de enero (pero es a su vez la semana 30 de la temporada que comenzó el pasado 1 de julio y culmina el 29 de junio del presente año), se reportaron 1,469 casos de influenza en la isla que incluyen 64 hospitalizaciones. En total, 18,132 personas se han contagiado del peligroso virus durante los pasados siete meses. 

Aunque las cifras se mantienen bajo el umbral de alerta, la curva de contagio aumentó y ya supera el promedio histórico o estimado de casos basados en comparación con el total de números reportados para la misma fecha el año pasado, el cual según datos publicados en el portal de Salud era de 12,536 casos para la cuarta semana de 2018. 

La región de salud que informó más casos en el reporte fue la de Fajardo, la cual incluye a la isla municipio de Vieques donde, incluso, han tenido que cerrar planteles debido al alza de contagios, según confirmó el alcalde Víctor Emeric en días recientes a Primera Hora. Otra región sumamente afectada ha sido Ponce, en especial los pueblos de Coamo, Aibonito y Santa Isabel. Curiosamente, los pueblos de Culebra, Las Marías y Hormigueros no han registrado casos hasta la fecha. 

Consistentemente, la población infantil es la más perjudicada con esta enfermedad respiratoria que la pasada temporada cobró 10 vidas.

Son los pequeños entre 0 a 9 años los que más se están enfermando. Seguidos por los niños de 10 a 14 años, por lo que el llamado de la epidemióloga del Estado, Carmen Deseda, y de miembros de la comunidad médica del país es incurrir en la vacunación como principal método de prevención. 

“Estamos en la temporada pico que empiezan en las últimas dos semanas de enero y se extiende hasta febrero y las primeras dos semanas de marzo… así que esa alza es de esperarse y va a continuar aumentando. Por eso nuestros tres consejos son: primero vacunarse, luego ser enfático en la higiene y tres que si les da el virus tomen su (medicamento) antiviral”, dijo el presidente del Colegio de Médicos en Puerto Rico, Víctor Ramos.

El también pediatra, dijo que se han registrado muchas hospitalizaciones de niños. “Incluso, hemos tenido varios casos en intensivo porque se han puesto bien malitos. Pero gracias a Dios, al menos en el hospital donde yo trabajo (San Jorge Children’s) no ha fallecido ninguno”, destacó al aclarar que, a su juicio, se están viendo menso casos que el año pasado.

Recomendó a los progenitores y cuidadores de menores a estar alertas a los síntomas del virus de influenza el cual incluyen fiebre, malestar respiratorio leve, malestar general y dolor de garganta que puede tornarse severo.

“En caso de que haya vómitos o diarreas persistentes o que haya dificultad respiratoria seria debe acudir enseguida a la Sala de Emergencias porque puede ocurrir deshidratación o problemas en los pulmones”, reiteró.

Mientras, el director médico del Hospital HIMA San Pablo en Cupey, Raymond Sepúlveda, confirmó que en la clínica se están viendo constantemente pacientes con los síntomas del virus, aunque algunos dan falsos negativos a la prueba de influenza.

“Ese es el gran problema que tenemos para poder levantar estadísticas. Pero sí te puedo decir que están viendo muchos pacientes con las características completas que incluyen ese dolor horrible de cuerpo, fiebre, tos, flema… y algunos salen positivos y otros negativos”, destacó al agregar que de todos modos al paciente con sintomatología se le da el tratamiento para evitar complicaciones.

Indicó que el pasado mes se atendieron 169 casos, de los cuales un 50% resultaron positivos a influenza, en su inmensa mayoría a la AH1N1.

Reiteró que los pacientes llegan de todas las edades. 

“No hay discrimen a la hora de decir a quién realmente el virus está atacando más… por eso insistimos en que la vacunación es fundamental. Esa guardia no se puede bajar tengamos una vacuna débil o no. Es nuestro único mecanismo de defensa”, manifestó.

Muertes continúan bajo investigación

De otra parte, el oficial de prensa de Salud, Eric Perlloni, indicó que las investigaciones de muertes sospechosas a causa de influenza que investiga la agencia aún no han concluido.

“Los casos continúan evaluándose y esperamos tener los resultados para el informe de esta semana el cual publica cada viernes. En el mismo, daremos a conocer la información obtenida”, expresó por mensaje escrito.

Hace un par de semanas el secretario de Salud, Rafael Rodríguez Mercado, reveló que el gobierno investiga entre 2 a 3 casos de muertes sospechosas al tiempo que advirtió que la cepa que más está afectando a la isla es la de tipo AH1N1, la misma que ocasionó una pandemia en el 2009.

Para entonces, el titular aclaró que, a pesar de que la población infantil de 0 a 9 años es la que más casos de contagio ha confirmado, las muertes que se están investigando corresponden a adultos mayores de 60 años que, aparentemente, tenían otros padecimientos crónicos y que comprometían su sistema inmunológico. 

No se especificó los pueblos en los que residían los pacientes, aunque el Secretario afirmó que en el grupo estaba incluido el caso de doña Nereida Lacén, residente de Luquillo, cuya historia se dio a conocer a través de su hijo en exclusiva a Primera Hora. Los parientes insisten que la mujer, de 61 años, falleció por complicaciones surgidos tras contraer el virus.

Mientras, la epidemióloga del Estado, Carmen Deseda, explicó que algo que ha llamado la atención durante esta temporada (2018-2019) es el hecho de que más del 90% de los casos confirmados han dado positivos a la influenza A.

“La epidemia del 2009 fue provocada por el AH1N1 y este es el que se está viendo esta temporada. El problema es que los niños que nacieron después del 2009 no recibieron la vacuna… y esto es un aspecto fundamental para tomar la iniciativa de vacunar a estos nenes”, expresó Deseda. En la temporada 2009-2010 el AH1N1 cobró la vida de sobre 60 personas en Puerto Rico.