Isabela. Los trabajos que el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos (USACE, por sus siglas en inglés) realiza en la represa Guajataca se han completado en un 60%, pero se espera que finalicen para el mes de julio, antes de que la represa vuelva a funcionar a su máxima capacidad… siempre y cuando llueva.

El embalse fue seriamente afectado luego del paso del huracán María, cuando la gran cantidad de agua que se acumuló hizo que rebasara su límite de 197 metros y provocó que colapsara el sistema de aliviadero, que sirve como un sistema para reducir la energía que produce la cantidad excesiva de agua. Pero, además, destruyó la línea de 54 pulgadas que suplía al canal que llevaba agua a siete pueblos del noroeste. De igual forma, socavó la parte inferior del aliviadero y parte de la pared de la represa, lo que pudo haber provocado un colapso total del embalse.

“El evento de María trajo lluvia sustancial y la capacidad estructural de la losa no resistió. La cantidad fue mucho por encima de lo que podía sostener el aliviadero. Lavó la masa de piedra que había en la parte de abajo que se suponía atenuara la fuerza del agua. Eso comenzó un efecto de un corte, como si fuera una sierra que afectó el terreno”, sostuvo José Bermúdez, jefe de división de riegos, represas y embalses de la Autoridad de Energía Eléctrica(AEE).

Primera Hora realizó un recorrido por la construcción para constatar los trabajos que allí se realizan. Fue necesario colocar anclajes para sostener la losa en el aliviadero y evitar que fuera desplazada o socavada. También se restauró la línea de suministro de agua y se trabajó en la compuerta que ubica en la torre del embalse, entre otras labores. Aún falta por completar los trabajos de construcción de una segunda represa que acumularía el agua que baja por el aliviadero.

El ingeniero residente a cargo de la supervisión de construcción en la represa, Wilmel Varela, espera que los trabajos puedan terminar a tiempo para que el embalse reciba las esperadas lluvias del verano y el otoño y vuelva a operar como acostumbra.

“En términos generales, estamos como en 60%. Los trabajos del aliviadero, están como en 70%, pero cuando acabemos ahí, todavía faltan unos detalles adicionales que debemos atender”, manifestó Varela al conversar con Primera Hora.

“Una vez terminemos con la piedra que estamos tirando, debemos preparar una losa de concreto de 18 pulgadas que debe ayudar a reforzar esa área del aliviadero y otros detalles. Pero tenemos cuatro meses, creo que vamos a buen paso para terminar en julio”, manifestó Varela, quien agregó que también reforzarán parte de las pendientes de tierra cerca de la torre que ubica en el embalse.

La represa Guajataca fue construida en el 1928 y tiene una capacidad máxima de 197 metros. Sin embargo, debido a la necesidad de realizar trabajos en el aliviadero, fue imperativo reducir su capacidad a 191.5 metros en la época de lluvia para evitar que se activara el desagüe y pusiera en riesgo las labores realizadas e incluso, la vida de los empleados.

El embalse, cuyo nivel actual alcanza los 187.9 metros, se encuentra actualmente dentro de un plan de ajuste de operaciones debido al déficit de lluvia que se ha registrado en esa zona, lo que ha provocado que las residencias que se suplen de esta represa enfrenten un plan de racionamiento que, en algunas zonas, se extiende hasta por 24 horas. 

“Cuando se da la transición de la época de lluvia a la seca, nosotros permitimos que ese nivel aumente a 194.25 metros. Pero, la época seca fue mucho más seca de lo que se preveía y nunca alcanzamos los 194.5 metros. Creo que llegamos a 192.5 metros. Estábamos dos metros por debajo de lo que esperamos estar para poder suplirle agua a las personas”, contó Varela.

“La sequía afectó a todo Puerto Rico, pero en Guajataca fue peor en el sentido de que la sequía empezó mucho antes. Básicamente en septiembre u octubre dejó de llover en esta área y el lago nunca volvió a recuperar”, agregó, por su parte, Bermúdez.

Cuerpo de Ingenieros de EE.UU. augura culminar la obra para julio, mientras por el momento no proyectan extender el periodo de racionamiento para los abonados que se sirven de ese embalse.

El jefe de división de riegos, represas y embalses de la AEE dijo que aunque no conoce exactamente cuáles son las proyecciones de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) en términos del plan de racionamiento, adelantó que de no llover lo suficiente en los próximos meses, podría ser necesario incurrir en nuevas medidas de mitigación.

 “Dependemos de la madre naturaleza. Aquí la clave está en que llueva. Si entráramos en lo que se conoce como racionamiento muerto, que llegamos al punto donde la infraestructura del lago no nos permite sacar más agua, pues Acueductos entraría en un proceso de establecer medidas para mitigar la situación”, sostuvo Bermúdez.

Entre las posibles alternativas, figuran la utilización de bombas para extraer del lago el agua que está en la parte profunda que el actual sistema no puede sacar, la creación de pozos provisionales para enfrentar el periodo de sequía o, incluso, extender aún más los periodos de racionamiento para los clientes.

“Si en la segunda semana de mayo no ha llovido y el lago no ha cogido suficiente agua, podría ser necesario entrar en ese proceso de bombeo, o más racionamiento”, apuntó.

Mientras, el ingeniero Varela espera que no sea necesario tomar esas medidas extremas.

“Matemáticamente, nosotros tenemos todavía como 90 días antes de llegar al nivel de 185.5 metros, que sería el nivel en que entraríamos en ese punto. Lo importante es que se están tomando medidas… si nosotros logramos finalizar los trabajos como los tenemos previsto y llegue la lluvia, esperamos que el lago vuelva a funcionar como antes, a su máximo potencial”, sentenció Varela.