Aguas Buenas. Aunque no ha sido un trayecto fácil, han logrado abrirse paso y sentar precedente en una importantísima profesión que hasta hace poco tiempo era exclusivamente ejercida por hombres. 

Todavía hoy, cuando el universo laboral ha evolucionado para ser más inclusivo hacia las mujeres, no pocos se sorprenden cuando tras apagar las llamas de un incendio, o atender alguna otra emergencia, ven un rostro de mujer detrás del casco de bombero. 

La realidad, sin embargo, es que estas mujeres hacen el sacrificado y arriesgado trabajo de bombero tan bien como lo haría cualquier hombre.

Sus labores no se limitan a extinguir llamas, pues también educan sobre prevención y atienden “todo tipo de emergencias, porque nos llaman hasta para un gatito o un perro en una alcantarilla y realizamos esa labor”.

Marta Marín D’aleccio, bombera con 26 años de experiencia, recuerda que al entrar al servicio había apenas tres mujeres en la profesión. 

“Nos encontramos con un poquito de negativa con varios compañeros. Introducir la mujer en el Cuerpo de Bomberos era bien difícil. Gracias a Dios, vieron la labor que nosotros realizamos y fueron aceptándonos poco a poco”, recordó Marín. 

“Ahora sí, ahora estamos a la par. Hacemos lo mismo que hacen ellos. Compartimos. Cocinan, ellos cocinan también como lo hacemos nosotras. Es un grupo de trabajo muy bueno”, afirma Marín. 

La sargento María de los Ángeles López Morales, otra de las pioneras en el Cuerpo de Bomberos, ha trabajado más de 21 en la agencia y hoy día dirige la estación de Aguas Buenas, y a los diez bomberos que laboran en ella. 

Cuando llegó a la academia confirmó que solo eran tres féminas entre 269 aspirantes.

“Fue la primera academia que hicieron en el Campamento Santiago (Salinas) y de verdad estábamos allí como casi militar. No era fácil. Allí a veces lloraban los nenes. Y yo dije: ‘salgo de aquí aunque sea arrastrada, pero no me voy’”. 

Desde entonces, ha crecido y competido con sus pares masculinos, sin que se hagan distinciones de ningún tipo…  y les ha vencido. Cualquier duda de sus destrezas queda despejada al ver cómo se pone sus botas, bunker (traje de trabajo), y casco en apenas segundos y está lista para sacar el camión para una emergencia. 

La inspectora Brenda Rodríguez, con 19 años de servicio en Bomberos, también empezó en la profesión en tiempos en que “todavía estaba la transición un poquito fuerte de lo que era el machismo hacia la mujer, pero durante los años, donde empezamos a trabajar con nuestros compañeros y a compartir diariamente, todo eso se fue diluyendo, y gracias a Dios, el Cuerpo de Bomberos somos una familia”. 

Rodríguez, además de atender emergencias si es necesario, se ocupa de labores de inspección y prevención. 

“De mí dependen también familias, que la economía pueda seguir corriendo. Tenemos en que orientarnos y educarnos. Vamos llevando a la persona a que cumpla con leyes, dentro de su presupuesto, pero sobre todo, salvaguardando la vida. La seguridad es primero”, afirmó Rodríguez.