El matrimonio Marisol Villalobos y Jesús Martes tiene una finca de 20 cuerdas de terreno y 10 de ellas están sembradas de árboles de pana en el barrio Mameyes. 

Ese es el fruto que seguirán usando para cumplir su sueño de llevar sus harinas Amasar a donde su imaginación se los permita.

Con apenas un año en el mercado, el producto se vende en 200 tiendas en la Isla y también hay una tienda en línea para hacer envíos a la diáspora.

Villalobos, en entrevista con Primera Hora, reconoció la versatilidad del fruto que usa en dos productos: una harina multiusos con la que se puede preparar cremas, bizcochos y empanadillas, y otra para hacer pancakes y waffles, libre de gluten y altos en fibra. 

Afirmó que son “los primeros en el mundo en trabajar una mezcla para hacer productos basados en el panapén”.

Sobre el génesis de su proyecto, la empresaria dijo que para el 2014, se fue a Europa junto a su esposo a quien le ofrecieron un trabajo en el área farmacéutica.

En Italia, conseguían de todo para sus comidas excepto la pana. Por eso, cuando regresan en el 2016 al País quieren hacer algo distinto.

“Como ya teníamos la finca, poco a poco las cosas nos fueron llevando a trabajar con la pana”, dijo la microbióloga.

La pareja estuvo año y medio formulando el producto y parte de los trabajos incluyeron la siembra de una cuerda de árboles de pana -que el huracán María se llevó-, y la deshidratación al sol del fruto que recolectaban para hacer la harina.

Sin embargo, no era fácil encontrar la materia prima y empezaron a conseguir toda la pana silvestre que había en la Isla.

“Eso ha sido bien bueno porque nos ha ayudado a establecer una alianza con más de 25 pequeños agricultores”, sostuvo Villalobos, quien agregó que el año pasado sembró 375 árboles de pana en su finca, usando prácticas agroecológicas y agroforestales. 

La pequeña fábrica de Amasar, ubicada en su finca, emplea ocho personas.

En lo que va de año han procesado 27,000 libras y para fin de año confían en pasar las 35,000 libras. 

Con su lema “que no se pierda ni una pana más”, la empresaria insistió en su compromiso de acopiar todo el fruto local y establecer lazos comerciales en el Caribe para aumentar la producción y exportar el producto. 

“Estamos encaminándonos a nuestra mayor meta, que es llevar la pana a todo el mundo”, expresó la empresaria.

Añadió que un análisis químico del fruto local demostró que es un superalimento con fibra, carbohidratos nutritivos, proteínas, aminoácidos esenciales y minerales.

Amasar participa del programa de Pre18, una aceleradora de negocios donde -desde julio hasta octubre- recibirán mentoría por parte de especialistas dedicados al desarrollo acelerado de empresas en una etapa temprana. 

Sin embargo, para lograr que su harina llegue a todas partes y desarrollar otros productos, Villalobos lanzó una iniciativa de crowdfunding o financiación colectiva, a través de la plataforma Kickstarter.

Villalobos informó que su Kickstarter es Re-discovering a Superfood: The Breadfruit.

Para conocer más sobra Amasar, visita la página amasar.net.