La playa La Pared en Luquillo fue el escenario para que familiares, amigos y conocidos del instructor y excampeón de surfing Brian Ramos se reunieran con el propósito de rendirle un homenaje póstumo al hombre que el pasado lunes perdió la vida en ese mismo lugar a manos de un comerciante.

Allí en La Pared, Brian Jesús Ramos practicó el deporte que le llevó a ser campeón de Puerto Rico en el 2008. En ese lugar estableció su negocio Surfer Puerto Rico, donde enseñó a muchos a lanzarse al mar y donde salvó innumerables vidas. Y, en ese mismo escenario, lamentablemente, perdió la vida, luego de tener un altercado con Jesús Bonanno Laureano, quien a batazos le arrebató la vida.

Relacionadas

Un espacio conmemorativo fue ubicado justo donde yació el cuerpo del instructor de 41 años y, en el lugar, resaltaba una tabla de surfing, una pintura de Ramos surfeando con alas, además de flores, fotos y mensajes de personas de todas las edades que le conocieron.

Su hija mayor, Kalisol Ramos de 19 años afirmó que la famosa playa La Pared era el “playground” de su padre desde que este comenzó a surfear a los 7 años de edad.

“Este era el ‘playgroung’, era su zona de jugar, de trabajar, de ayudar, de salvar vidas. El salvó innumerables vidas sin nada de recompensa, sino porque su corazón así le dictaba. Él surfeó La Pared desde sus siete años, él es un excampeón nacional de Puerto Rico, es un atleta que llegó a alcanzar el nivel profesional. Es increíble ver cómo le pasan estas cosas a personas tan buenas, personas tan queridas como lo fue y lo sigue siendo… porque en nuestro corazón él sigue vivo”, expresó la joven, quien convocó a la realización de una remada (’paddle out’) este sábado en honor a su padre, a la que asistieron más de un centenar de personas.

Kalisol describió a su padre en sus múltiples facetas y aseguró que el apoyo de tantas personas demuestra la calidad de ser humano que era Brian.

“Además de todo, era un maestro, un mentor de muchos niños, (incluso) niños con sus limitaciones. Un grupo de niños locales llegaban todos los sábados y papi le daba una clase solamente por donación. Muchos de ellos han llegado aquí en muestra de apoyo porque lo querían mucho. Es que ante todo él fue un maestro, un salvavidas, un buen padre, un surfer profesional y fue un hombre que luchó mucho por alcanzar lo que ha alcanzado hasta el día de hoy… y más”.

“El respaldo del público muestra claramente lo que era mi papá y lo importante y lo significativo que era para todas estas personas… Esto es algo que no pasa por cualquier persona. Definitivamente, él tuvo un impacto especial en el corazón de cada una de las personas que están aquí. Todos estamos sufriendo una pérdida distinta, diferente, algunos pierden un hermano, otros pierden un hijo, yo pierdo un papá”, dijo la mayor de cuatro hijas que le sobreviven a Ramos, las otras menores tienen 3 y 1 año, mientras que su hija menor nació el pasado mes de agosto.

En términos del legado que deja su padre, la joven afirmó que es eso lo que le da fuerzas ante esta inesperada y dolorosa pérdida.

“Mi papá deja el legado de que aquí en La Pared hay una familia, deja el legado de salvar tantas vidas. He oído testimonios que me ayudan a sentirme mejor. Cuando tú escuchas que tu papá salvó tres vidas hace un año y le dio la oportunidad de poder a esas personas vivir una nueva vida juntos… lo que a mí me privan, mi papá se lo dio a otro. Eso es el legado de una persona que se sacrifica día a día por sus sueños, se levantaba todos los días a luchar y a eso se dedicó… a luchar, a luchar, a luchar. Todos los días era una lucha diferente, pero todos los días la hacía con una sonrisa de lado a lado y con la esperanza de siempre echar para ‘alante’ colectivamente, quería que un pueblo completo echara para adelante y que creciera”, sostuvo la elocuente joven.

Emotiva ceremonia frente al mar

Previo a lanzarse al mar, más de un centenar de personas ubicadas en la calle y a la orilla de la playa con sus mascarillas, se reunieron para realizar una ceremonia en honor a la vida de Brian.

Su padre, Jesús Ramón Ramos se dirigió al público presente describiendo a su hijo y realizando una emotiva ceremonia cristiana, donde leyó varios salmos y versículos bíblicos. También habló del asesino de su hijo y de la vil manera en que acabó con su vida.

Un espacio conmemorativo fue ubicado justo donde yació el cuerpo de Brian Ramos.
Un espacio conmemorativo fue ubicado justo donde yació el cuerpo de Brian Ramos. (Vanessa Serra Díaz)

“En ese mismo sitio, el malvado que lo asesinó, no se dio cuenta que lo asesinó en el sitio santificado por la gracia de la divinidad del espíritu de Brian. Ahí, detrás de todos esos objetos que ustedes ven, ahí yació el cuerpo de mi hijo. Ahí donde apropiadamente el Señor lo ha llamado para alcanzar el reino de los cielos. Yo creo que en mi humildad y mi sencillez, le pido a ustedes que siempre recuerden a mi hijo Brian Jesús… que imiten su fe, su calor y su fuerza. No podemos hacer más que eso ser fuerte y valiente, como él decía”, precisó.

No obstante, luego de leer la palabra e impartir fuerza y fe a los presentes, hizo una plegaria a Dios pidiendo el perdón del comerciante que acabó con la vida de su hijo.

“Brian fue asesinado injustamente porque lo hicieron por la espalda. Lamentablemente esa cobardía no es la forma en que mi hijo debió de haber muerto. Le pido a Dios por el alma, le pido a Dios por el perdón de aquel que lo hizo porque sino yo no sería un buen cristiano”, dijo el padre, quien confirmó que ya les hará entrega del cuerpo de su hijo y que esperan realizar una misa de recordación en la Parroquia San José en Luquillo el próximo martes, 1 de diciembre.

Remada en su honor

Más de un centenar de personas le dijeron adiós a Brian Ramos como se despiden a los grandes del surfing, con una remada (”paddle out”). Los surfistas experimentados se lanzaron al mar y, lejos de la costa hicieron un círculo desde donde solo se les veía levantar las manos y se escuchaban gritos en honor a Ramos.

El público en la orilla también acompañaba los gritos y gestos de los surfistas con aplausos, mientras la música no dejaba de entonar.

Desde niños hasta personas mayores, reconocían la humildad y el calibre del excampeón de surfing y lamentaban su trágica muerte. Uno de ellos fue Osvaldo Oxi Rodríguez, quien dirige la Fundación Perla 2000, que se dedica a enseñar a jóvenes a fabricar tablas de surfing, y quien se catalogó como un aliado y mentor de Brian en los negocios.

Brian Ramos fue asesinado el pasado 23 de noviembre.
Brian Ramos fue asesinado el pasado 23 de noviembre. (Vanessa Serra Díaz)

“Brian y yo somos conocidos de más de 20 años. Llevábamos más de 15 o 17 años trabajando juntos. Tuve el honor de servirle y orientarlo, ser su mentor. Esto es como si te arrancaran un brazo o un pie, ya no te sientes completo. Duermo todas las noches orando y pidiéndole a Dios por el alma de él, pidiéndole por su familia y todavía tengo en la memoria la voz de él. Yo escucho a Brian, Brian no ha muerto. Él vive en mi corazón y en mi mente porque era un hombre extraordinario. El puso su vida para ayudar a otros sin saber que las consecuencias al final iban a ser que le iban a quitar la vida a él trágicamente”, expresó Oxi Rodríguez, quien afirmó que Brian “ya había tenido muchas disputas” con el comerciante acusado de haberlo asesinado, incluso él había sido testigo de cómo el instructor había llevado la denuncia a la alcaldía.

Mientras, otro de los que llegó hasta La Pared a rendirle tributo al surfista fallecido fue el niño Reyneld Dávila de siete años, quien llegó desde Naguabo y en un momento dado subió a la tarima a dar testimonio del carácter protector de Brian.

“Él me estaba diciendo ten cuida’o que están grandes las olas y te puedes ahogar”, dijo Reyneld, acerca de una situación reciente, donde Ramos estaba al pendiente de su seguridad en el mar.

“Hace como dos semanas, Brian estaba dando las clases aquí al frente y el nene estaba un poquito más atrás y Brian le dijo que tuviera cuidado que las olas estaban grandecitas. También le dijo que si seguía practicando podía ser un gran surfer”, dijo a Primera Hora Jocelyn Marrero, madre de Reyneld.

Al finalizar la ceremonia, un sonoro aplauso, junto con los “¡Viva Brian!” estremecieron el lugar y acompañaron el sonido de las olas, que aseguran fueron el gran amor de Brian.