Vega Alta. Como solían hacer casi a diario, los hermanos Carlos y Samuel Rosario Beltrán se lanzaron el lunes temprano al mar para otro día de pesca, siguiendo los pasos de sus antepasados, a quienes la gente conoce en el área de Cerro Gordo como la familia de “Los Licos”.

Esperaban, como era su costumbre, regresar en horas de la tarde con el botín de pescados que limpiaban allí mismo frente a la casa de la familia, para vender luego a restaurantes, cafeterías y chinchorros.

Sin embargo, solo Samuel regresó malherido y con el cuerpo mutilado de Carlos, luego que su embarcación fuera destrozada en altamar en una colisión con un navío de la Guardia Costera.

De lo que ha podido contar Samuel a su familia, según relataron ayer a este diario sus sobrinas Christina y Christy López Rosario, ambos estaban a bordo de la lancha Desakata, a unas cuatro millas al norte de la costa de Dorado, luchando por subir a bordo a un pez que había mordido el anzuelo, cuando el escampavía Winsolw Griesser les embistió.

“(La familia) son pescadores comerciales. Diariamente, ellos salían ya a las 6:00 de la mañana, 6:30 lo más tardar, como ayer (lunes), que iban a hacer una pesca de dorado”, relató Christina. “Ellos me entregan, ambos, me entregan a mis hijos, por lo menos al nene, en mis manos y ahí mismo se despiden, y salen a pescar. Y como a las 2:00 y pico de la tarde, nos llaman con la triste tragedia”.

La joven madre explicó que tanto Carlos, quien tenía 52 años, como Samuel, de 38, son parte de una gran familia que por generaciones se ha dedicado a la pesca y conocen muy bien toda el área.

“Ellos conocen el área desde pequeños. Cada uno tiene su licencia de pescador comerciante. Como ven, ahí (frente a la casa de la familia) hay uno de los barcos. Estaba también el que se perdió, que es Desakata”, comentó.

“Es un dolor bien fuerte para la familia, porque jamás se esperaba en el mar eso. Pero, solo Dios nos dará el consuelo”, agregó, con tono triste.

Sobre su tío Samuel, explicó que ya le habían dado de alta del hospital, pero que “salió con una fractura en la columna vertebral, del mismo impacto le explotó un oído, y le tuvieron que coger como de tres a cuatro puntos en la cabeza”.

La humilde familia de pescadores agradeció las muestras de apoyo en este momento.
La humilde familia de pescadores agradeció las muestras de apoyo en este momento. (Pablo Martinez)

“Hasta ahora está estable. Está bien, está ahí. Pero no quiere hablar con nadie. Está bien afectado sicológicamente. Él lo cogió en sus brazos (a su hermano Carlos) sin una mano, sin un pie, y casi con media cara. Pero está ahí, ahí, lo tenemos”, indicó Christy al tratar de describir lo vivido por su tío.

Dijo que, por momentos, Samuel cuenta parte de la pesadilla vivida tras el choque, cómo nadó hasta recoger parte del cuerpo de su hermano y cómo luego exigió al navío de la Guardia Costera que subieran primero a Carlos y luego a él, a pesar que insistían en auxiliarlo primero.

La joven añadió que oficiales de la Guardia Costera visitaron a la familia y ofrecieron sus condolencias, “que fueron bien recibidas”, y ahora están a la espera de las investigaciones que se harán en torno al accidente.

“Y, pues, a esperar. A ver en qué queda lo de la investigación. Hay varias investigaciones”, sostuvo, agregando que no estaban comentando al respecto, porque les habían pedido que evitaran hablar de la pesquisa hasta que concluyan.

“Más adelante, yo me imagino, a mi mamá le cogieron el número (de teléfono), a mis tíos también, y más adelante me imagino que se van a estar comunicando para más información”, indicó.

En cambio, sí habló sobre sus tíos, “los Licos, como los conocen en el barrio y en varios sitios de Puerto Rico, los más reconocidos, los pescadores, los de las tragedias, porque esos salían a pescar, se quedaban sin gasolina, y había que tirarle el bote pa’ rescatarlos”.

“Y fuera de la pesca, buenos tíos, buenos compañeros, buenos hermanos, buenos amigos, sobre todo. La gente, por lo menos a los Licos, tú preguntas por los Licos y ellos te van a decir, ‘excelente familia, siempre unida’. Como ser humano, excelentes”, aseveró.

Las hermanas comentaron que su mamá, Carmen Rosario Beltrán, se estaba ocupando de los asuntos funerarios en torno a su hermano Carlos. Indicaron que, a su mejor entender, probablemente sus restos sean cremados, y luego arrojarían sus cenizas al mar, junto a las de otro hermano también fallecido.

“Se irán a soltar juntos los dos, en cenizas, como tanto les gustó y les apasionó la pesca, en el mar. Nacidos y criados ahí. Ahí regresarán. Con dolor en el alma de cada uno de sus familiares, papá, mamá, tíos, hermanos, sobrinos”, añadió Christina.

Además de su pasión por el mar y la pesca, donde era conocido “como el marinero y capitán”, a Carlos también le encantaban los gallos de pelea, ambiente en el que lo conocían como “el Moñoño y Banca Moquillo”. Mientras, Samuel “es pesca por ahí pa’ abajo” y además estudió mecánica de botes, y “la Desakata, la hizo él, desde cero”.

Carlos, además, según narraron sus sobrinas, era reconocido como capitán de lanchas también en San Juan, Saint Thomas Saint Kitts y República Dominicana, y en “pesca de cualquier tipo, chillo, pesca de fondo, de jueyes cuando no estaban en veda, de todo”.

En medio de todo el pesar, agregó Christina, al menos a la familia le queda algo de consuelo en el hecho de que su tío “murió haciendo lo que más le gustaba”.

Por su parte, Carmen Rosario Beltrán, en unas breves palabras a este diario, agradeció la atención y muestras de solidaridad que ha recibido la familia, tanto de la ciudadanía como por parte de la Guardia Costera.

No obstante, insistió en que lo más que les interesa a los allegados es que se investigue hasta la saciedad lo ocurrido para conocer qué fue lo que llevó a la fatal colisión.

“Eso para nosotros es lo más importante, que podamos saber qué fue lo que pasó ahí”, comentó Carmen, agregando que todos tienen muchas preguntas en torno al accidente.

De acuerdo a la información que ha transcendido desde el accidente, la Guardia Costera está llevando a cabo una investigación que describieron como “exhaustiva”. La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, por sus siglas en inglés) lidera la pesquisa.