Doña Marta Vázquez y don Jesús Peñalvert recibieron un regalo de solidaridad en esta Navidad que los tenía contentos y muy agradecidos, pues la ayuda que le estaban regalando un grupo de jóvenes pintando las paredes y muros de su vivienda en la urbanización Villas de Loíza es algo que ellos no podrían hacer.

“Primero que nada, muy agradecidos. Porque ya que nosotros somos los dos solos y no tenemos quien nos ayudara, y estos muchachos han sido una bendición, que han ayudado a pintar, a hacer las cosas”, dijo con evidente emoción doña Marta, resaltando que la ayuda llegó a su casa a través de una gestión que hizo el Municipio de Loíza.

Marta explica que ellos dos no habrían podido hacer esos trabajos de pintura, porque a su esposo le tuvieron que amputar las dos piernas y sufre de varios males, y ella padece también de un sinnúmero de condiciones médicas que la obligan a caminar con dificultades. 

(juan.martinez@gfrmedia.com)
(juan.martinez@gfrmedia.com)

La condición del techo de la vivienda empeoró considerablemente luego del azote de los huracanes Irma y en particular María.

“Eso fue tremendo. Todavía tengo ventanas rotas. Se me cayeron árboles encima del techo. El techo estaba malo, pero con el huracán fue tremendo. Estaba cayendo demasiado los pedazos”, comentó Marta, agregando que poder costear el arreglo es algo que para ellos “no es factible”.

Sin embargo, según explicaron no recibieron asistencia de FEMA (Administración Federal de Manejo de Emergencias) porque la estructura ya tenía algún daño previo a los huracanes.

De parte del programa de ayudas Tu Hogar Renace, fueron allí y le aplicaron un sellador al techo, que solo logró un efecto limitado, pues en estos momentos ya filtra nuevamente.

A modo de remedio, en una parte de la casa colocaron un falso techo de madera para que al menos contenga la caída de pedazos de la placa y filtraciones. Pero es una solución temporal que no impedirá el colapso del techo.

Agregó que el municipio le ha expresado la disposición de cooperar con los materiales para el arreglo. Pero habría que conseguir la mano de obra.

Por ahora, al menos han recibido la solidaridad del grupo de jóvenes de diversos rincones de la nación que han preferido usar parte de sus vacaciones para ayudar a aquellos más necesitados.

“Estamos contentísimos con esto. Muy agradecidos de ellos que han estado en Loíza por mucho tiempo ayudando a los loiceños y a todos nosotros”, reiteró Marta. “Uno se siente como… en Navidad, al uno tener su casita pintadita y eso, eso no tiene precio. Ellos han logrado que nosotros nos sentamos un poquito más motivados. Y agradecidos a la vida y a Dios”.

Para los jóvenes, este trabajo es una manera de acercarse a la comunidad y ayudar.

“Este es un grupo de jóvenes de Young Judaea, de todos los estados, y vienen en sus vacaciones de verano porque quieren hacer algo más relevante que solo andar viajando”, explicó Natan Kramer. “Estamos pintando estas casas y tratando de ayudar lo que más que podemos en lo que sea que nos den la oportunidad de ayudarles”.

Agregó que en los días previos habían celebrado Navidad y Janucá con la comunidad.

“La conexión que se logra con las familias es parte fundamental de esto. Y los equipos (de jóvenes) están bien agradecidos de poder venir y ayudar. Es un sentimiento que no vas a poder lograr haciendo otros viajes o yéndote de compras. Es algo que solo logras haciendo esta labor comunitaria. Así que están disfrutando al ver lo agradecida y feliz que está la comunidad. Es algo verdaderamente importante”, agregó Kramer, resaltando que la barrera del idioma no ha sido impedimento para lograr conectar con la gente de la Isla.

“Ha sido una gran experiencia. Es el segundo año que venimos. Y el año pasado hubo una relación tan buena con la comunidad y lo pasaron tan bien, que quisimos regresar. Ojalá no hubiera trabajo que hacer el año próximo, pero si lo hay, vamos a estar de vuelta ayudando”, aseguró el joven.

Diego Mendelbaum, quien coordina la visita de la organización en la Isla, indicó que además de los trabajos que estaban haciendo en Loíza, tenían otro grupo laborando en Carolina con la organización SBP (St. Bernard Project).

“Estos son muchachos de distintas comunidades judías que se unen a través de esta organización juvenil para hacer este viaje solidario. Aquí en Loíza están pintando hoy tres casas. Ya pintaron otras tres el lunes pasado. Son jóvenes entusiastas, misioneros si se quiere llamar, que dedican sus vacaciones de invierno de una forma solidaria, a la vez que pasan unos días lindos en Puerto Rico. Y a la vez que trabajan, ayudan a los demás y aprenden el valor de la solidaridad y el trabajo en comunidad”, comentó Mendelbaum.

“Así que estamos supercontentos y felices de hacer esta labor. Es algo doblemente gratificante: hacer lo correcto, y encima saber que quien recibe eso lo necesita, pues es mejor todavía”, insistió.

Agregó que como parte de la visita una parte del grupo celebró con niños la Navidad en Loíza, con actividades, juegos y regalitos, mientras que la otra parte celebró un almuerzo navideño para personas más necesitadas en Barrio Obrero junto con la Iglesia Metodista San Pablo, “fue magnífico porque hicieron la comida, sirvieron, y hasta encendieron las velitas de Janucá con la gente allí. Así fue algo ecuménico verdaderamente. Se comunicaron como mejor pudieron, unos cantaron canciones de Navidad, otros cantaron canciones de Janucá, y el espíritu era ese, el de hermandad, de comunidad”.