Algunos tenían los ojos enfermos, otros la piel irritada. Hubo algunos que lucían un poco desnutridos. Pero ayer tuvieron suerte.

Agentes de la Policía conjuntamente con personal del Departamento de Salud intervinieron ayer en una residencia en el barrio Cedro Arriba de Naranjito, para salvar a 22 perritos de condiciones de negligencia.

Según informó el capitán Justo Alfonso Rodríguez, coordinador de la Ley 67 de Protección de Animales en la Policía, la jueza Marta C. Torres, del Tribunal de Bayamón, expidió el 25 de julio una orden de allanamiento para entrar en la residencia de Héctor Otero, de 43 años, un paciente de esquizofrenia que presuntamente criaba y vendía perros.

Ayer a eso de las 8:00 de la mañana los policías se personaron a la residencia del hombre, donde se toparon con una escena muy triste.

“Este señor, como está enfermo y solo, está viviendo en una casa al frente de donde estaban los perros. Los perros estaban repartidos entre el interior de la casa sola, el patio y un ranchón en la parte de atrás”, explicó Alfonso.

Un total de 22 perros fueron hallados en el lugar. De este total, ocho fueron referidos a recibir servicios veterinarios. Los perros de razas variadas como Yorkie, Rotweiller, Boxer, Shitzu y otros, presentaban diversos signos de maltrato, explicó el capitán Alfonso.

Algunos tenían laceraciones infectadas en la piel, otros el pelo enredado y largo, lo que evidenciaba falta de baño. Otros canes presentaban problemas en los ojos y falta de tratamiento médico.

El veterinario del Departamento de Salud Carlos Carrazo identificó que gran parte de las jaulas donde estaban los perros eran muy pequeñas para sus tamaños, por lo que se entiende que eran maltratados. Algunas de las jaulas, además, tenían los alambres sueltos y oxidados.

Pero el cuadro resultó complicado para las autoridades, pues cuando fueron a reclamarle al dueño de los animales, Otero se puso mal de salud y requirió ser asistido por paramédicos. Además, se negó a tomar su medicamento.

Familiares llegaron al lugar y dijeron a la Policía que los animales eran la terapia del hombre y que él los cuidaba. En un momento dado el intervenido también negó que maltratara a los animales.

Los ocho perros removidos fueron referidos al albergue de animales de Guaynabo.

El Departamento de Salud le exigió a Otero poner en condiciones el lugar en 24 horas para poder mantener allí a los otros perros. De otra forma, se expone a recibir multas de $500 y/o seis meses de cárcel, o multas de hasta $5,000 en caso de un agravante.