Sábado, 23 de junio de 2018, 2:30 p.m. Llegué al Parque Lineal en Bayamón para encontrarme con un grupo de “súper héroes”. Allí, en el área de la Cambija, me esperaban los primeros.

Un donativo de $20 y a cambio una camisa para correr y muchas sonrisas de agradecimiento. También de alegría, pues no esperaban que yo llegara. Me entregaron una tarjeta y un crayón de marcar. “¿Vas a correr o caminar? Escribe el nombre de por quién lo haces y al final me dices cuánto recorriste para sumarlo en millas”.

Escribí el nombre de Jacinta Dávila Santiago... Lily. - “¿Y Tere? - pregunté. - “Viene en el recorrido de la playa”- fue la respuesta.

Teresa Seda Ramos es hija de Antonia Ramos, quien fue diagnosticada con la enfermedad de Alzheimer en 2005, cuando tenía 64 años. Tere conoce muy bien lo que se sufre y lo que implica cuidar de un paciente con esa condición. Es por esto que creó la organización sin fines de lucro “De Frente al Alzheimer Inc.” para ayudar a pacientes y orientar a sus familiares que estén cualificados como de escasos recursos. Además, organizó un recorrido de 50 millas, de 5:30 a.m. a 5:30 p.m., un concepto que se lleva a cabo en los Estados Unidos bajo el nombre de The Longest Day, y que también recauda dinero para los pacientes de Alzheimer.

Su hermana Larissa haría el recorrido simultáneamente en Miami, Florida.

Además de ser una exitosa abogada laboral, Tere es una gran atleta. Coincidíamos en un gimnasio en Guaynabo y créanme, esta chiquita es pura dinamita. Fue allí donde me habló de su proyecto, pues quería dar a conocer lo que se le había hecho cuesta arriba.

La entrevisté en el 2015, para “En Record” de ABC-5 y desarrollamos una relación de amistad unida por el compromiso y el amor a una causa. Amistad que no necesita verse a diario para saber que estamos ahí. Este año no pude promover la actividad, pero el pasado miércoles recibí su mensaje telefónico escrito que decía: “Ojalá pudieras acompañarnos”.

No le podía fallar y llegamos al Paseo Lineal. Había humedad, calor y una sombra traicionera que quemaba la piel. Pude divisar un pequeño grupo de corredores y en el centro se destacaba Tere. Desde lejos gritó ¡No puede ser... Elwood... no puede ser”! Nos abrazamos fuertemente mientras no dejaba de repetir gracias.

Con voz quebrada saludé a todo el grupo y le dije que haría parte del recorrido. Ella no podía detenerse porque a la 5:30 de la tarde debía cumplir 50 millas. Mi recorrido de más de hora y media fue duro. Caminé varias veces, tragué insectos, sudé la gota gorda y hasta sufrí de breves calambres. Fueron 11 millas a pleno sol, solo una quinta parte de lo que estas maravillosas personas recorrieron.

A las 5:36 p.m. el grupo llegó a la meta tomados de las manos, sonriendo y llorando a la vez. Tere y sus súper héroes soportaron la lluvia torrencial, el calor intenso y la humedad, y el poco entrenamiento debido al huracán María.

¡50.4 millas! Otros héroes en silencio y a veces solitarios hicieron su aportación corriendo, caminando o en bicicleta.

El sábado descubrí que los héroes sí existen, solo que en vez de usar capas para volar usan sábanas para cobijar, en vez de armas utilizan el amor para vencer el cansancio, todo por los suyos. No atraviesan paredes, pero rompen burocracias, estereotipos y barreras y están dispuestos a ir “al infinito y más allá”. No son de acero, ni elásticos y mucho menos de otros universos. Son de esta tierra, retan el cansancio, exigen justicia y tienen valor para luchar por cuenta propia.

A Tere y su gente gracias por ser los héroes del olvido de quienes padecen Alzheimer. De paso, Jacinta Dávila Santiago, “Doña Lily... era mi mamá... mi heroína del olvido.