El pasado fin de semana se llevó a cabo una elección especial para cubrir la vacante dejada por el exsenador Henry Neumann en el Distrito Senatorial I de San Juan. Cabe destacar varios aspectos relacionados a la votación.

Según nuestro ordenamiento electoral, la vacante creada por la renuncia del exsenador Neumann cae en manos del PNP. Se ha interpretado que, si ocurre una vacante, le corresponde al partido bajo cuya insignia aspiró el funcionario renunciante o destituido sustituirlo. Esto es antihistórico y antidemocrático.

Resulta antihistórico, porque las tendencias electorales han demostrado que el voto íntegro se ha reducido y los votos mixtos y por candidaturas han aumentado. Sin embargo, nuestro ordenamiento sigue dándole título de propiedad a los partidos por los escaños que quedan vacantes.

Creo que al surgir una vacante para un puesto electivo se debe convocar una elección especial abierta, donde los electores que quedan sin representación puedan tener el más amplio menú de opciones para elegir a un sucesor.

En mayo pasado firmé una declaración conjunta con el Coordinador General de Victoria Ciudadana, Manuel Natal, y los legisladores independientes José Vargas Vidot y Luis Raúl Torres, para que los legisladores del PPD y el PNP dieran paso a legislación que permita al pueblo decidir de manera amplia y abierta quiénes deben llenar las vacantes de funcionarios electos. La propuesta busca acabar con la tiranía de los partidos sobre los escaños vacantes.

Consistente con su vocación antidemocrática el bipartidismo rojo y azul no le ha dado paso a la propuesta.

El modelo existente en nuestro ordenamiento electoral también resulta antidemocrático. Veamos lo ocurrido el pasado domingo en la votación para escoger el nuevo senador por el Distrito I de San Juan.

Según los datos de la Comisión Estatal de Elecciones, los electores inscritos para votar eran 223,671. En la elección se contabilizaron 5,163 papeletas, de las cuales 192 fueron depositadas en blanco, 7 nominación directa, 1 recusada y 23 protestadas o no adjudicadas.

El candidato electo obtuvo 3,400 votos. Eso representa el 1.5% del electorado inscrito. En otras palabras, el 1.5% de los electores inscritos para votar decidió quién representa en el Senado a 223,671 electores. Si eso no es contrario al principio democrático de que los funcionarios electos representen a sus constituyentes, que baje Dios y lo vea.

Para añadir insulto a la agresión antidemocrática, la votación fue denunciada por uno de los aspirantes, porque el voto adelantado se llevó a cabo de manera irregular e ilegal. Más allá de las denuncias del aspirante derrotado, el país vio a todo color en un reportaje televisivo cómo en una égida se le pretendía tomar el voto adelantado a personas que no lo habían solicitado.

En el caso de San Juan, esto es mencionar la soga en casa del ahorcado. Pues fue, precisamente, en el municipio de San Juan y en particular en el precinto 3 de San Juan (precinto al que pertenecía el candidato que resultó electo en la votación especial, Juan Oscar Morales), donde se hicieron las principales denuncias de irregularidades en el trámite del voto adelantado durante las elecciones generales del 2020.

He escuchado al liderato PNP y PPD plantear que los que se quejan del proceso es por no tener funcionarios para el voto adelantado. Ahí está el engaño y el escándalo.

Esas estructuras electorales se valen de “destaques electorales”. Estos son funcionarios públicos que trabajan en agencias del gobierno u oficinas legislativas y municipales que se trasladan de sus puestos, con su salario, para hacer trabajo electoral al PNP y el PPD.

En las elecciones pasadas usted y yo pagamos el salario de 805 funcionarios (672 del PNP y 133 del PPD) para hacer trabajo político. Son 805 funcionarios que no dieron servicios a la ciudadanía, sino a sus partidos. Esta práctica se debe eliminar.

Las propuestas enmiendas del PPD y el PNP sobre la Ley Electoral no atienden estas graves deficiencias electorales. Ante el menguante apoyo del bipartidismo rojo y azul, se resisten al cambio para aferrarse al poder. Si alguien tiene duda, examine la elección especial del fin de semana pasado. Para muestra, con un botón basta.