Entrando a la tercera semana de la situación crítica provocada por el coronavirus en Puerto Rico, y en todo el mundo, no es de extrañar que el “ruido de la información” comience a hacer efecto y nos aleje de lo que es verdaderamente importante.

El equipo de Salud del gobierno colapsó y en el peor momento. Ese equipo que, irónicamente, lo seleccionó un alegado científico como Ricardo Rosselló, resbaló temprano en esta crisis, provocando que fueran destituidos poco a poco.

Así se fue, en un principio, el titular de la dependencia Rafael Rodríguez, seguido por la Epidemióloga del Estado, Carmen Deseda; la subsecretaria de Salud, la doctora Concepción Quiñones de Longo, quien ocupó por unos días la silla de jefa; y terminó con la ayudante especial Mabel Cabeza. No tan solo la incapacidad administrativa floreció, sino que estamos escuchando los primeros disparos verbales de corrupción.

Esa palabra tiene el poder de alterar los estados de ánimo. Enfurecer a otros y ser el caldo de cultivo para que los políticos hagan alarde de toda su demagogia. Así, en medio de esta crisis, la más complicadas de los tiempos modernos, tenemos a los políticos, manos a la obra, justo en el momento que están impedidos de campear por su respeto en un año electoral.

Claro que es importante hacer las denuncias. Claro que es imprescindible investigar hasta las últimas consecuencias. Claro que se tienen que adjudicar responsabilidades. Sin embargo, todo eso no debe sustituir la realidad de que esta emergencia se tiene que atender con premura, precisión, cuidado y urgencia.

El “ruido” político nos puede llevar a ponernos las corazas partidistas en un momento innecesario. Abre la puerta para la pelea chiquita y nos mete en la trinchera del fanatismo. Una vez adentrados ahí, nos ponemos miopes y solo vemos nuestro color.

En esa pelea perdemos todos. Es hora de mirar lo importante. Estamos en un esfuerzo de cuarentena. De toque de queda. Fenómeno, todos cooperamos. Pero venga acá “task force gubernamental”, ¿cómo es posible que ustedes siendo médicos de primer orden no hayan levantado las manos para pedir unas estadísticas claras y definidas, que les muestren un mapa real de dónde estamos parados? Es inconcebible que tengamos data incompleta en renglones que deberían ser fáciles de obtener. Comparto ejemplos en blanco y negro, para que usted que me lee pueda saber a qué me refiero.

Al martes, 31 de marzo, Salud no tenía idea de cuál era el municipio de residencia de 130 de los 239 positivos al Covid- 19.

El número resulta escandalosamente alto, pues estamos hablando de casi la mitad de los casos reportados. Ante esto, se podrá tener una idea de cómo se está comportando el virus y en cuál zona está afectando más. Tampoco se puede hacer un registro efectivo de regiones, pues a unos 107 de esos positivos tampoco pudieron adjudicarle región perteneciente.

Tampoco se pudo desprender en 161 de esos infectados, si tenían o no, historial de viaje al exterior. De las cifras oficiales, no encontrará dato alguno que le diga cuántos casos de los positivos, han logrado recuperarse de la condición. En fin, desde mi punto de vista estamos ciegos. Nuestro ejército está tuerto y así es difícil avanzar con éxito. Eso, amigo lector, es simplemente con los datos del día a día. Si tomamos lo que se dice en comparecencias públicas, encontramos otro cantar.

Por ejemplo, se informó que el Hospital Regional de Bayamón sería el centro principal para atender los casos de Covid- 19. Tremendo, aplausos y banderitas. Sin embargo, el lunes, 30 de marzo se cuela una llamada en la radio de un paramédico denunciando que un hospital privado también de Bayamón se negó a recibir en su sala de emergencia a unos pacientes con síntomas de Covid-19. Deciden entonces ir al regional de Bayamón y allá tampoco lo quieren aceptar. Es entonces cuando nos enteramos que el hospital aun no está listo. Continúan trabajando en acondicionarlo y preparar los cuartos de aislamiento y no será hasta la semana próxima que estará listo.

¿Para qué anuncian entonces con bombos y platillos al dichoso hospital si saben que no estará preparado hasta días más tarde?

Segundo. La denuncia también alerta una posible práctica de hospitales privados para empujar los casos a los hospitales públicos y tratar de retrasar su entrada en acción.

Ambas cosas son inaceptables. Sin embargo, nos entretenemos con el asunto liviano y sexy de una funcionaria de segunda. Hasta han buscado al autor de haber llevado la batata a ese puesto. Ahí es que me rasco la cabeza. Si los políticos van a intervenir que sea para presionar para cosas de peso. Repito, no es no sea de importancia, es que no debe ocupar toda la atención y relajar lo que si cuesta vidas. Así se nos van los días y las pruebas no fluyen con la velocidad requerida. Tampoco los ventiladores, de los cuales llegarán unos 23 el 3 de abril, y en unas 16 semanas se proyecta que llegarán unos 200 adicionales. Mientras tanto, tenemos una cuarentena que si las autoridades no ponen su empeño en lo que les corresponde, no habremos avanzado mucho ni para prevenir ni para remediar.

Por eso, querido amigo, mantenga la vista en la bola.

El escándalo político o de corrupción alimenta el cuchicheo, pero recuerde que en ocasiones lo que suena como cañón puede terminar en petardo. Sin embargo, existen otras cosas que son las vitales, pues son las que cuestan vidas. Esas se pierden y no se recuperan.