Ni dos meses duré tranquilo, sin tanto ajoro en mi vida laboral. Soy de los que opino que, si gozo de salud y tiempo, porque perderlo. Entonces, es cuando surge una curiosa invitación que actualmente me mantiene con libreto en mano, estudiando y aprendiendo un poco más del tema. Sin más preámbulos, en octubre me uno a un grupo de mujeres extraordinarias para subir a escena la pieza teatral; “Soy más que un par de tetas”.

No se asuste. El título pudiera llevar su mente a correr más de la cuenta. No se trata de una comedia picante o de tono burlesco. Consiste en un trabajo serio, bien cuidado y que pretende ser un campanazo de realidad. 

El compañero Julio Núñez nos emplazó para caracterizar a hombres y mujeres que han enfrentado un diagnóstico de cáncer de seno y tetilla. Este reto es uno doble. Tenemos la encomienda de llevar un mensaje de prevención, solidaridad y empatía con aquellos que han enfrentado una noticia cómo está. 

Además, al mismo tiempo proyectarle al espectador las alegrías, frustraciones y momentos de dolor de cada uno de estos guerreros, sin rayar en la caricatura. No es fácil, pero tampoco lo es el vivir con cáncer. 

El imaginar lo que sienten los pacientes y lidiar con los pensamientos, como lo es una sentencia de muerte, resulta desesperante. No obstante, existe una luz. Gracias a la valentía, fe y entrega de muchos, esa sentencia no se materializa. Entonces en su lugar, llega la esperanza. Esta última, es precisamente lo que pretendemos proyectar. Aunque les confieso, contamos con relatos de pérdidas. 

Los datos son preocupantes. Una de cada 10 mujeres que nacen en Puerto Rico, podrían ser diagnosticadas con cáncer de seno durante su vida. Según el Registro Central de Cáncer, durante el 2015, el cáncer de seno fue el más diagnosticado y resultó en la primera causa de muerte por cáncer entre las mujeres en el País. En promedio, unas 444 mujeres fallecen anualmente con cáncer de seno, lo que representa el 18.5% de todas las muertes por cáncer en las mujeres. 

Los hombres no estamos ajenos, ni exentos. Por ello, mi participación en la obra. Podemos sufrir de la enfermedad y al menos, uno de cada 10,000 enfrentará un diagnóstico de cáncer de tetilla. 

El cáncer de seno es una enfermedad principalmente influenciada por factores de riesgo relacionados a estilos de vida. Solo el 15% de todos los casos, pueden estar atribuidos al factor genético, otros factores podrían estar relacionados a efectos dañinos por exposición a hormonas, estilos de vida sedentarios, alcohol, sobrepeso, fumar, etc. 

Según la Sociedad Americana Contra el Cáncer, la tasa de incidencia por edad presenta un 14% entre los 20 y 34 años. La tasa sube a un 35.3% entre mujeres de 34 y 49 años. Se mantiene en unos parámetros similares para mujeres de 50 a 64 años con un 35.6% mientras que, en féminas mayores de 65, la tasa ronda el 29.3%. Se recomienda que, a partir de los 35 años, las féminas comiencen a realizarse exámenes periódicos para la detección de cáncer de seno mediante mamografías. Recuerde, todo a tiempo tiene remedio. 

Y bien, con el panorama antes pintado, me resultó imposible decir que no a la invitación de motivarlos a través de nuestras historias a crear mayor conciencia.

A partir del 4 de octubre próximo estaré en el teatro Tapia en el Viejo San Juan, en unión a Sonia Valentín, Millie Méndez, Saudy Rivera y Yizzete Cifredo en esta aventura de amor al prójimo. ¡Los veo en el teatro!