Cuando hay sed, todo el mundo dice: “Dame un vaso de agua, por favor”.  

Sin embargo, he hecho un sondeo informal y, cuando le pregunto directamente a alguna persona si lo correcto es hablar de un ‘vaso de agua’ o de un ‘vaso con agua’, la respuesta casi unánime es: “Tiene que ser ‘vaso con agua’, por supuesto, porque los vasos no están hechos de agua, sino de cristal o de plástico”. 

Es muy curiosa esta contradicción entre el uso cotidiano de la frase y la explicación que muchos afirman conocer con una seguridad impresionante.  

¿Será, entonces, un error decir que nos tomamos un ‘vaso de agua’? ¿Cuál es la verdad?

Para responder a este dilema, hay que profundizar sobre el tema de las preposiciones.  ¿Te acuerdas de ellas?  Seguramente te obligaron, en la escuela superior, a memorizar las 23 preposiciones que existen.  Vamos a ver si las recuerdas: 

“A, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde…”.

Bueno, no importa si te las aprendiste o si las recuerdas aún o no; lo importante, en realidad, es entender su función dentro de un enunciado.  Sin ellas no podríamos construir frases u oraciones coherentes. Se utilizan para unir palabras y, al mismo tiempo, brindar sentido entre ellas.  Ayudan a indicar lugar, tiempo, causa, modo y un largo etcétera.

Las preposiciones ‘adquieren’ un significado de acuerdo con el contexto; por sí solas carecen de sentido.  

Para entenderlo mejor, tomemos de ejemplo la preposición ‘de’.  Como verás a continuación, el significado de esta preposición dependerá del contexto de la frase:

-      Vaso de vidrio (denota el material con que está hecho el vaso)

-      Vaso de mi hijo (denota a quién le pertenece el vaso)

-      Vaso de adorno (denota el uso que se le da al vaso)

-      Vaso de Italia (denota la procedencia del vaso)

-      Vaso de agua (denota el contenido del vaso)

¿Te fijas? Aquí tienes cinco enunciados diferentes, todos con la misma preposición ‘de’, pero en cada uno su significado es diferente según el contexto de la frase.  

De hecho, en cuanto al uso de esta preposición para referirnos al contenido de algo, hay muchos ejemplos que usamos a diario:

-      Una taza de café

-      Una lata de cerveza

-      Una copa de vino

-      Un balde de agua

Y así hay muchas más.

Por lo tanto, no es un error pedir un ‘vaso de agua’.  

La otra opción, el ‘vaso con agua’, además de que su uso no es común, su significado tampoco es el mismo que el de un ‘vaso de agua’.

Piénsalo: no es lo mismo pedirle a alguien una ‘taza de café’ que una ‘taza con café’.  En el primer caso, la persona te servirá una taza repleta de esta deliciosa bebida; sin embargo, al decir la segunda opción, lo que realmente estás pidiendo es una taza que contenga café.  Es decir, con que incluya dos gotas de café, ya estaría cumpliendo con el pedido.  Por esta razón, toda ‘taza de café’ siempre será una ‘taza con café’, pero no viceversa. 

Al final, lo importante es que entiendas que puedes pedir, sin miedo a equivocarte, un ‘vaso de agua’ o una ‘taza de café’.  Al hacerlo, estás utilizando la preposición correcta dentro del contexto de lo que quieres comunicar.  

Disfruta el vaso de agua, la taza de café, la copa de vino y la lata de cerveza, mientras sabes que te has comunicado… en buen español. 

¡Salud!