Nota de la editora: Si los jóvenes están cambiando el mundo, necesitamos darle una plataforma. Hay muchas conversaciones en torno a la Generación Z, pero pocas veces son incluidos como interlocutores en la discusión pública. Por eso, queremos que lideren la conversación y compartan sus ideas y preocupaciones en este momento de cambio en sus vidas. Esta columna es parte de una serie, escrita por estudiantes de la Clase Seniors 2020 de toda la isla.

La resiliencia, inclusividad e innovación de las ideologías son características primordiales de la Generación Z. Tenemos el poder de cambiar el mundo para uno mejor, con nuevos proyectos y alternativas educativas. Sin embargo, el mayor reto que se ha enfrentado esta generación ha sido el alto nivel de precariedad en las escuelas, especialmente con la educación tradicional.

La educación es el pilar de la transformación social que nuestra generación desea para el futuro. A través de la enseñanza innovadora se va dando forma a nuestra imaginación, para crear un mundo de oportunidades y ser la voz de una generación que busca un cambio. Sin educación, no podemos ver más allá de nosotros mismos; hemos tenido durante décadas una educación empobrecida que afecta el desarrollo social proactivo. La filosofía educativa de Montessori aspira a una mejor enseñanza en la isla.

La situación educativa actual en Puerto Rico está siendo caracterizada por una lucha de poder y politización. La brecha generacional siempre ha existido; esto se debe a diversas razones, tales como conflictos entre estudiantes y maestros, racismo, individualismo, una crianza tradicional-patriarcal, recurrir a ambientes de odio y/o violentos, entre otros.

La ausencia de seguridad en las escuelas públicas es real. Hace falta una enseñanza imprescindible sobre diversidad sexual, discriminación, sociedad patriarcal e igualdad.

Por ende, somos grandes porque no dejamos que nos divida la raza ni el género; luchamos por ser uno, y eso nos hace diferentes. Estamos claros que “si no hay opciones”, las inventamos. Que nos ha tocado integrarnos a una sociedad enferma de criminalidad, de un gobierno corrupto y de un mundo incierto. Y sí, todo esto ya existía, pero gracias a que nacimos en el pico del desarrollo tecnológico, hemos tenido mayor acceso a información que generaciones pasadas.

La posibilidad de que la filosofía Montessori llegue a toda la isla es algo a lo que deberíamos aspirar. No obstante, la educación tradicional ha sido basada en lo que es libreta, lápiz, libro, internet, exámenes y tareas. Sin embargo, los guías nos brindan las llaves para explorar el mundo, desarrollar habilidades cognitivas básicas y tener pensamiento crítico propio. A fin de cuentas, esto es lo que necesita nuestra isla y el futuro del país: desarrollar el potencial de cada estudiante, cultivando su independencia, disciplina, confianza en sí mismo, creatividad e iniciativa.