En los últimos tres años, el país ha enfrentado situaciones de gran inestabilidad socioeconómica. Los huracanes, los terremotos y la pandemia han revelado la importancia del voluntariado: dedicarle tiempo a una causa, sin esperar algún tipo de remuneración, significa entender que los seres humanos son interdependientes.

De esta forma, empezó la trayectoria de la principal oficial ejecutiva de la Sociedad Americana contra el Cáncer, Capítulo de Puerto Rico (SACC), Lillian Santos Rivera, quien cumple 25 años al frente de esta organización.

En 1996, mientras trabajaba como profesora en la Universidad Ana G. Méndez, Santos Rivera era voluntaria en el Banco de Sangre de la Cruz Roja Americana. Así conoció la labor que realizaba la SACC.

“Surgió esa oportunidad en un momento de mi vida en el que yo quería unir todas mis pasiones. Soy psicóloga clínica de profesión y si uno escoge esa profesión, es porque uno quiere ayudar al más necesitado. La educación y el salón de clases me apasionan; también, poder desarrollar relaciones en la comunidad que fueran beneficiosas para otros. Así que, cuando me hablaron de esa posición, yo dije: ‘esto es para mí, porque reúne todas mis pasiones y me da la oportunidad de hacer una labor social’”, contó Santos Rivera, al recordar el momento en el que un compañero le comentó sobre la plaza que estaba disponible en la SACC.

Al inicio, solicitó una licencia sin sueldo de su empleo como docente, pues pensó que solo estaría dos años en la institución. Pero, resulta que dos años, se han convertido en dos décadas y media.

Pieza clave para los logros de la organización

Al hablar de los logros de la SACC, las primera palabras que pronuncia son sobre la importancia del voluntariado para que la organización haya alcanzado las metas que se ha propuesto.

“Dentro de los logros más sobresalientes, está crear esa infraestructura de voluntarios de 2,000 que había en el 1996 a los 15,000 que tenemos hoy. He aprendido que nada de lo que se ha hecho se puede lograr sola. El éxito de esta organización es gracias al compromiso de un gran equipo de trabajo, que se compone de voluntarios y personal de la Sociedad Americana contra el Cáncer”, enfatizó Santos Rivera.

También, añadió que, en aquel momento, cuando inició su trabajo, la organización solo recaudaba $800,000. Antes de la pandemia, han llegado a recibir hasta $5 millones que se invierten en la comunidad de pacientes y sobrevivientes de cáncer en Puerto Rico.

Doctora Lillian Santos Rivera junto a pacientes.
Doctora Lillian Santos Rivera junto a pacientes. (Suministrada)

De igual forma, Santos Rivera, quien posee un bachillerato en Ciencias Naturales, destacó que otro de los grandes éxitos fue la apertura del Puerto Rico Hope Lodge, con la integración del Hogar Niños Que Quieren Sonreír, un albergue temporero y gratuito para pacientes de todo el país e Islas Vírgenes, que reciben tratamiento ambulatorio en el área metropolitana de San Juan.

Puerto Rico Hope Lodge es un albergue temporero y gratuito para pacientes de todo el país e Islas Vírgenes, que reciben tratamiento ambulatorio en el área metropolitana de San Juan.
Puerto Rico Hope Lodge es un albergue temporero y gratuito para pacientes de todo el país e Islas Vírgenes, que reciben tratamiento ambulatorio en el área metropolitana de San Juan. (Suministrada)

Queda camino por recorrer

En cuanto a las metas a corto plazo que ha trazado, mencionó que la organización desea ser socia y aliada en la discusión sobre la salud pública en el país.

“Queremos seguir moviendo legislación y seguir desarrollando política pública para darle el acceso a un servicio de salud que toda persona merece. Queremos velar por los derechos de los pacientes de cáncer y que tengan el acceso a los servicios y a las cubiertas necesarias para sus tratamientos”, manifestó Santos Rivera.

Asimismo, aseguró que, además de ser una prioridad insertarse en la discusión sobre la salud pública, también tiene como planes continuar desarrollando el voluntariado y que la institución se reinvente en la búsqueda de fondos.

Un llamado a la acción, más allá de concienciar

Santos Rivera expresó que el objetivo de la SACC ya no reside solo en concienciar, sino en educar a las personas para que se movilicen a cuidar su salud.

“Nosotros hablamos de hacer un llamado a la acción. Ya yo no quiero concienciar, lo que quiero es que pongas en agenda tu mamografía y tu colonoscopia. Por ejemplo, el cáncer de colon es el de mayor mortalidad en Puerto Rico y es el más prevenible. Por eso, es importante hacer un llamado a la acción”, explicó.

La inspiración de la principal oficial ejecutiva de la SACC para continuar con este trabajo se la transmiten los pacientes y los voluntarios.

“Ese paciente que te contagia con su esperanza, fuerza y deseo de vivir, y los voluntarios. No hay nada más grande que el corazón de un voluntario. Son personas que, incondicional y desinteresadamente, regalan su tiempo para invertirlo a favor de la vida de otros. Eso me contagia con el deseo de servir”, expresó.