Cuando hablamos de cáncer o de cáncer de seno hay varios aspectos que considerar y tomar en cuenta; pero sí hay una verdad irrefutable: mejorar tu alimentación es clave para mejorar tu salud y bienestar general.

Una buena alimentación puede mejorar la respuesta del organismo a tratamientos, la respuesta inmune, el peso, el nivel de energía, entre muchos otros beneficios. Por lo tanto, sin duda conviene hacer los cambios necesarios.

Siempre nos preguntamos por los factores de riesgo y vale la pena descubrir cuáles de ellos podemos controlar y cuáles no.

Algunos factores de riesgo que no podemos controlar son:

  • Ser mujer
  • Poseer ciertos genes que aumentan el riesgo de padecer cáncer de seno
  • Tener menstruación a una edad temprana
  • Ser de edad avanzada
  • Tener antecedentes familiares de cáncer seno y otros tipos

Sin embargo, hay factores de riesgo que sí podemos controlar:

  • Estar en sobrepeso u obesidad
  • Estar muy sedentario
  • Tomar demasiado alcohol
  • Fumar

Aparte de estos factores de riesgo se han identificado el alto consumo de grasas, mayormente saturadas, y una dieta inadecuada, baja en antioxidantes, como factores que aumentan el riesgo de cáncer. Los antioxidantes, que se encuentran en gran cantidad en frutas y vegetales, contribuyen positivamente a la reducción de riesgo y también a un mejor manejo de un diagnóstico.

Es interesante saber que, a menudo, las pacientes pueden ganar peso luego del diagnóstico de cáncer de seno por las siguientes razones:

  • No estar físicamente activas
  • Comer para lidiar con las emociones
  • Sentir más hambre de la acostumbrada debido a esteroides que a menudo forman parte del tratamiento
  • Comenzar la menopausia de forma precoz
  • *omer cualquier cosa, producto de sentirse deprimidas, tristes, ansiosas o con miedo

Quizás pienses que comer sano y mantener tu peso o perder peso es algo muy difícil o inalcanzable. La buena noticia es que nada está más lejos de la verdad. Solo necesitas consultar a tu nutricionista-dietista y pedirle que te diseñe un plan de alimentación sencillo, realista, balanceado y fácil de llevar.

Aquí te presento algunos consejos:

  • No tienes que eliminar los carbohidratos. Estos son necesarios y con eliminarlos solo lograrás desbalancear tu alimentación. A su vez te sentirás con poca energía. Si eliminas los carbohidratos, por su aporte como grupo, y las vitaminas y minerales que se encuentran en él, pudieras experimentar nerviosismo, irritabilidad, depresión, insomnio y cambios de estado de ánimo. Esto no es necesario, además de que es parte de la alimentación básica del ser humano y aún más de nosotros los puertorriqueños.
  • ¿No estás haciendo ejercicios? Bueno, realmente te conviene hacer algún tipo de actividad física. Hacerlo mejora tu sistema inmunológico en un 57 %, además de que a los 20 minutos de realizar alguna actividad física tu cuerpo aumenta la producción de endorfinas, la hormona de la felicidad y satisfacción. Esta mejorará tu estado de ánimo, ayudándote a combatir la depresión y ansiedad que a menudo acompaña el proceso de un diagnóstico de cáncer. Debes saber que las endorfinas son familias de la morfina, un poderoso analgésico natural, solo que tu cuerpo las produce, son gratis y legales. ¿Por qué no beneficiarte de ellas?
  • Toma agua abundantemente, 8 vasos es un mínimo. Puedes dividir tu peso en libras a la mitad y ahí tendrás las onzas de agua que tu cuerpo requiere. Si divides este último número entre 8, sabrás cuántos vasos de agua de 8 onzas debes tomar.
  • Incluye frutas en cada comida o utilízalas como merienda.
  • Siempre añade ensaladas y/o vegetales en almuerzos y cenas. Las frutas y vegetales están repletos de antioxidantes y vitaminas. También tienen fibra, que es excelente para el manejo del cáncer y te proveen mucha saciedad. Esto te ayuda muchísimo en el control de peso.
  • Controla el tamaño de las porciones, evita freír y no añadas grasa al cocinar.
  • Prefiere las carnes menos grasosas.
  • Merienda opciones nutritivas: frutas, almendras, nueces, yogur, leche, etc.
  • Lee las etiquetas de los alimentos y aprende a reconocer en estas un alimento que sea adecuado para ti.
  • No pases comidas por alto.
  • Prefiere los alimentos integrales.
  • Limita el alcohol y el exceso de sodio.

Seguridad en los alimentos

Si estás recibiendo quimioterapia, esto aumenta el riesgo de tener una infección o una enfermedad transmitida por alimentos. Esto se debe a que la quimioterapia puede disminuir la cantidad de glóbulos blancos en el cuerpo. Estas células combaten las bacterias (gérmenes) y mantienen el sistema inmunitario fuerte. Por esa razón, evita los alimentos que pudieran no estar preparados, almacenados o manipulados de la forma adecuada. Esto puede suceder al comer fuera o incluso en casa. Algunos consejos:

  • No consumas pescado o mariscos crudos, como sushi y ostras sin cocer.
  • No comas nueces crudas.
  • Evita participar en buffets, salad bars o restaurantes de autoservicio.
  • No consumas alimentos con signos de moho, incluyendo quesos con moho como el queso azul y Roquefort.
  • No comas alimentos perecederos que hayan estado a temperatura ambiente por más de 2 horas, ni excedentes que hayan estado en el refrigerador por más de 3 días.
  • Usa una tabla de cortar para las carnes y otra para los vegetales y frutas.
  • Restriega las frutas crudas con un cepillo y agua antes de comerlos.

Lo cierto es que mejorando tu alimentación, haciendo los cambios necesarios y tomando las medidas de seguridad en alimentos lograrás sentirte más fuerte física, mental y emocionalmente. Tendrás más energía, evitarás la deshidratación, fortalecerás tu sistema inmunológico, te recuperarás mejor de cualquier cirugía, prevendrás o reducirás el aumento o la pérdida de peso y evitarás complicaciones en tu salud.

La autora es nutricionista y dietista.