No hay nada más solitario y triste que un camposanto, pero también es un espacio para la historia, la literatura y el arte. Así contrasta.

Por eso, hay cementerios que se han convertido en museos, como el de Berlín, en Alemania, que recibe visitas de millones de turistas del mundo.

En Puerto Rico hay museos antiguos con una historia grande y con elementos del arte que permiten a sus visitantes palpar el legado de sus inquilinos, así como las obras que adornan sus mausoleos y nichos.

Son los cementerios Santa María Magdalena de Pazzi en San Juan, el Panteón Nacional Román Baldorioty de Castro en Ponce y los municipales de Mayagüez y Humacao, los cuatro que dan pie al estudio de la doctora Doris Elizabeth Lugo Ramírez, en su libro “Ante el espejo de la muerte”, publicado por un trabajo colaborativo entre la Editorial del Instituto de Cultura Puertorriqueña y el grupo Isla Negra Editores.

Del Panteón Nacional Román Baldority de Castro en Ponce, Lugo Ramírez palpó la historia de las tumbas, pero también el arte y el discurso que de ellas brotan, como los niveles de clases, la arquitectura, la forma y los espacios.

En su obra, Lugo Ramírez, quien nació en Santurce y se crió en Hatillo, Arecibo y Cidra, estudia lo que dicen los cementerios de nuestra historia, sus lecturas iconográficas, la evolución de las costumbres funerarias y de las creencias, el tipo de discurso que se presenta para “la eternidad, así como el significado de la muerte.

La profesora, que cuenta con una maestría en Literatura Comparada y un doctorado en Historia del Arte, no ha dejado de ser educadora desde que su bachillerato lo concentró en Pedagogía.

“La investigación me tomó por lo menos seis años y la redacción, por lo menos, tres o cuatro. Fue un proceso que me tomó varios pasos, la investigación de campo, investigación en los archivos, las colecciones, las bibliotecas...”, explicó.

Acudir a la Feria del Libro de Guadalajara es otra meta de la autora para el mes de noviembre, ya que en México se ha estudiado profundamente el tema, en ensayos, poesía y narrativa, mientras que en 2017 espera realizar una exposición en Puerto Rico.

“Se trata de una mirada a diversas manifestaciones de la muerte”, explicó al precisar que fue el fallecimiento de su madre lo que detonó su interés por estudiar ese tema.

El libro, además de ser un  acercamiento al arte funerario en Puerto Rico, es también una mirada al arte como lenguaje, precisó Lugo Ramírez.

Un dato que recogió la educadora es que han sido artistas plásticos varones los que han pintado, en su mayoría, las obras pictóricas en los cementerios.

“Pienso que es un tema para invitar a los estudiosos, a los investigadores y a los docentes a que miremos el tema de la muerte como lo más natural que se puede mirar desde diversas disciplinas”, exhortó Lugo Ramírez.