Uno de los grandes desafíos que enfrentan las personas con diabetes es escoger alimentos adecuados para mantener sus niveles de glicemia en la sangre. 

Ante la variedad de productos lights o “sin azúcar” que existen en el mercado, los especialistas creen que es fundamental entender qué endulzantes sustitutos están permitidos para estos pacientes y cuáles pueden afectar su salud. Dentro de una amplia gama están aquellos reducidos en calorías y los acalóricos, es decir, que no contienen prácticamente ninguna, así lo explica Francisco Pérez, bioquímico y miembro de la Sociedad Chilena de Endocrinología y Diabetes.

"Los alcoholes del azúcar -como el maltitol, sorbitol o xilitol que vienen en los chicles y algunas galletas- aportan la mitad de las calorías. En términos de respuesta glicémica, estos la suben muy marginalmente", explica el especialista. 

Eso ocurre porque no son absorbidos totalmente por el cuerpo, explica la nutricionista del Centro de Diabetes de la Clínica Las Condes, Margarita del Favero.

"Normalmente llegan hasta el colon y son eliminados. De manera que pueden ser consumidos por los diabéticos, pero no en exceso, porque pueden causar hinchazón e igual aportan calorías".

Precaución

Sin embargo, Andrea Valenzuela, nutricionista del Centro de Diabetes de la Clínica Alemana, advierte que es importante leer con atención todos los ingredientes de un producto.

"Aunque los endulzados con alcoholes del azúcar no influyen mucho en la glicemia, si el alimento también tiene mucha harina y grasas, aportará más calorías, y estos pacientes deben cuidar su peso", comenta. "El tipo de azúcar que está totalmente contraindicado son casi todos los monosacáridos o azúcares simples”, agrega Valenzuela. Entre ellos está la fructosa, la glucosa, la miel, la galactosa y los líquidos concentrados de fruta.

"Hay mermeladas que dicen sin azúcar, pero las endulzan con jugo concentrado de uva, y eso termina siendo peor para el diabético", explica Valenzuela. Esto, porque los monosacáridos tienen altos índices glicémicos y son de fácil absorción, de manera que traspasan rápidamente la barrera intestinal, lo que produce una respuesta del páncreas y, con ello, aumento de la glicemia. También se debe evitar el jarabe de maíz, un endulzante líquido creado a partir del almidón o fécula de maíz.

"Es elevado en glucosa, fructosa y carbohidratos, por lo que va a afectar mucho las glicemias", explica Del Favero. Sus concentraciones de fructosa llegan a ser del 55%, por lo que su capacidad de endulzar es muy alta y es común encontrarlo en cereales y yogures.

Sin calorías

Los especialistas entrevistados concuerdan en que la mejor opción son los endulzantes sin calorías, como la estevia, la sacarina o la sucralosa. Esta última es la única que se absorbe en un 20%, según explica Pérez, de manera que no es ciento por ciento inocua.

"Desde el punto de vista metabólico, un 20% de la sucralosa consumida va a ser reconocida como glucosa”, dice.

“Sin embargo, este grupo, en general, es seguro para los diabéticos, porque no elevan el índice glicérico", aclara.

Tampoco es bueno abusar de ellos, coinciden los expertos.

Según explican, su consumo en altas cantidades al día se ha correlacionado con enfermedades de la microbiota intestinal y con trastornos del apetito.