Las estudiantes de doctorado en Ciencias Biomédicas de Ponce Health Sciences University, Rocío Lamboy y Claudia B. Colón Echevarría, recibieron becas del Instituto Nacional de Cáncer para llevar a cabo investigaciones relacionadas al cáncer de ovario.

Según datos del Registro Central de Cáncer de Puerto Rico, una de cada 105 mujeres puertorriqueñas podría ser diagnosticada con cáncer de ovario a lo largo de su vida.

Según la fuente, el cáncer de ovario representa uno de los cánceres ginecológicos más letales del cual lamentablemente menos del 50% de las pacientes sobreviven cinco años luego de ser diagnosticadas. 

“Es entendible que recibir un diagnóstico de cáncer cause que aumenten los niveles de estrés y ansiedad afectando aún más la salud tanto emocional como física del paciente. Por tal razón, en mi investigación estudiaré los efectos de estrés en cáncer y cómo este puede aumentar la malignidad de esta terrible enfermedad. Nuestra esperanza es aportar conocimiento innovador al campo de la ciencia que sirva como plataforma para el desarrollo de nuevas terapias dirigidas a aumentar la tasa de supervivencia de las pacientes que padecen de cáncer de ovario”, expresó Lamboy. 

Rocio Lamboy es recipiente de una beca suplementaria predoctoral al Ponce Health Sciences University y Moffitt Cancer Center Partnership to Advance Cancer Health Equity. Esta beca, que es otorgada por el Instituto Nacional del Cáncer, busca promover la diversidad apoyando el desarrollo profesional y científico de individuos subrepresentados que llevan a cabo investigaciones relacionadas a la salud. 

Por su parte, gracias a una beca F31 del Instituto Nacional del Cancer Ruth L. Kirschstein, Colón Echevarría continuará su investigación en cáncer de ovario. Su investigación busca entender cómo el estres y la inflamación adelantan la progresión del cáncer de ovario. Actualmente, Colón Echevarría es la tercera mujer con esta prestigiosa beca en Puerto Rico. 

Para Colón Echevarría, esta investigación tiene como fin entender cómo los procesos inflamatorios estimulados por el estrés llevan a una progresión más rápida del cáncer.