Todos en algún momento hemos despertado en la madrugada con hambre y creemos que un pequeño alimento no habría de afectarnos. Pero, ¿te has preguntado los efectos de esta costumbre en nuestro cuerpo? 

Esta actividad es en realidad un tipo de trastorno alimenticio. Este trastorno recibe el nombre de Trastorno Alimenticio Nocturno (TAN), del que se distinguen dos tipos más: el Síndrome Alimentario Nocturno (SAN), en el que la persona come cualquier alimento; y el Trastorno Alimentario del Sueño (TAS), en el que la persona se despierta a mitad de la noche a comer de forma inconsciente.

Comer durante la madrugada podría ser peligroso ya que puede incrementar el riesgo de desarrollar obesidad y, en un futuro próximo, alguna enfermedad cardiovascular; así como problemas en la regulación de las horas de sueño recomendadas que pueden inducir a un estado prediabético.