Conmovida hasta las lágrimas, la cantante Celine Dion estremeció al mundo del espectáculo al revelar que fue diagnosticada con una rara e incurable enfermedad: el Síndrome de la Persona Rígida.

La enfermedad neurológica obligó a la intérprete del éxito My Heart Will Go On a cancelar su gira europea que tenía programada para el 2023. Anteriormente, la estrella canadiense ya había retrasado su gira europea, del 2022 al 2023, por los problemas musculares que finalmente fueron diagnosticados.

“Los espasmos afectan todos los aspectos de mi vida, a veces me dificultan hasta el caminar, y tampoco me permiten usar las cuerdas vocales como lo hacía antes”, dijo Dion al afirmar su esperanza de “estar ya en el camino de la recuperación”.

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¿Qué es el Síndrome de la Persona Rígida?

El Síndrome de la Persona Rígida, o Stiff-Person Syndrome en inglés, “se caracteriza por una rigidez muscular fluctuante en el tronco y las extremidades, y una mayor sensibilidad a estímulos como el ruido, el tacto y la angustia emocional, que pueden desencadenar espasmos musculares”, según explica el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares.

La enfermedad, en palabras sencillas, va dejando a la persona como “estatua humana”. Se relaciona frecuentemente con otras enfermedades autoinmunes, como la diabetes, la tiroiditis, el vitíligo y la anemia perniciosa.

Además, las personas que lo sufren podrían tener posturas anormales y caídas frecuentes, indica el Centro de Información sobre Enfermedades Raras y Genéticas (GARD, en inglés), al agregar que este síndrome afecta más a las mujeres que a los hombres.

“Los científicos aún no entienden qué causa el Síndrome de la Persona Rígida, pero las investigaciones indican que es el resultado de una respuesta autoinmune que salió mal en el cerebro y la médula espinal”, señala el Instituto Nacional.

Síntomas del Síndrome de la Persona Rígida

El Centro de Información destaca que en muchas ocasiones los síntomas se presentan entre los 30 y 60 años de edad.

Estos podrían incluir posturas anormales, como encorvarse sobre sí mismo; episodios de rigidez muscular y espasmos que pasan por sensibilidad incrementada al ruido y al tacto, y como una respuesta al sobresalto; caídas por los espasmos y la rigidez muscular cuando la persona camina o se pone de pie; parálisis cerebral y epilepsia.

La enfermedad se diagnostica analizando los síntomas, el historial médico del paciente, exámenes clínicos y pruebas específicas.

“El tratamiento con inmunoglobulina intravenosa, ansiolíticos, relajantes musculares, anticonvulsivos y analgésicos mejorará los síntomas, pero no curará el trastorno”, sostiene el Instituto Nacional “Con el tratamiento adecuado, los síntomas suelen estar bien controlados”.

Ante un diagnóstico como este, se destaca la importancia de conectar con grupos de apoyo y organizaciones que puedan aportar servicios e información valiosa.