La libido, también conocida como apetito o deseo sexual, varía en gran medida entre individuos y puede disminuir temporalmente por trastornos como la fatiga y la ansiedad.

Sin embargo, la causa más común para la reducción de esta es la edad. Sin importar el género, la producción natural de hormonas desciende con los años, lo que puede impactar en las ganas de mantener encuentros sexuales.

En el caso de los hombres, particularmente, existe una carga cultural que les hace más difícil aceptar o comentar que su deseo sexual se ha reducido.

No obstante, es una reacción normal que se puede manifestar después de muchos años de deseo sexual normal, a cualquier edad y por diversos motivos.

Por ejemplo, el Manual MSD menciona que los factores psicológicos, como la depresión, la ansiedad y problemas en la relación, a menudo son causantes de ello.

Se le suman la enfermedad renal crónica, algunos fármacos, el alcoholismo, el uso de drogas ilegales, entre otras.

Lo que sucede en el cuerpo de los hombres cuando disminuye la libido, se puede evidenciar con menos pensamientos y fantasías sexuales, poco interés en el sexo, y una reducción considerable en la frecuencia de la actividad sexual.

La estimulación sexual por medios visuales, palabras o el tacto dejan de causar interés.

Para salir de dudas, un análisis de sangre permite determinar la concentración de testosterona en sangre, si estos están muy bajos pueden ser causantes de la reducción del apetito sexual.

El tratamiento para la falta de deseo sexual

Aunque no hay mayores riesgos asociados a la carencia de deseo sexual, este puede impactar en las relaciones de pareja, de ser el caso.

Según la Clínica mayo, si la pérdida del deseo sexual está relacionada con el estrés o la depresión, ver a un terapeuta, puede ser la mejor forma de abordar el problema.

El doctor Pep Auget menciona en un artículo de su página web que la valoración del pene en busca de lesiones por parte de un profesional puede ser requerida, para descartar que haya alguna enfermedad.

“Además de la evaluación del reflejo cremastérico, elevación del testículo al acariciar la zona interna del muslo, para comprobar la integridad del centro neurológico de la erección”, detalla.

Y añade que si el origen es el déficit de testosterona, este puede provocar alteraciones en otros órganos y sistemas como mayor propensión a la osteoporosis, pérdida de bienestar psicológico o aumento del riesgo cardiovascular.

Si no se encuentra una causa reversible para el nivel bajo de testosterona, las terapias de reemplazo de testosterona quizás haga subir el nivel de esta hormona y vuelva la libido a la normalidad, pero esto solo puede ser determinado por un profesional de la salud y en casos particulares.

Lo importante es que conozca que hay alternativas para aumentar el apetito sexual y que hablar de ello con su pareja y con el médico pueden llevarlo a una solución.