Funcionarios de la región central de Oregon informaron esta semana sobre un caso de peste bubónica en un residente que probablemente fue contagiado por su gato.

El paciente y sus contactos cercanos ya reciben atención médica, aseguran las autoridades de salud pública, y se cree que no existe riesgo para el resto de la comunidad. El gato también recibió tratamiento, pero no sobrevivió.

La peste bubónica no es una enfermedad común, pero tampoco es algo inaudito en la región occidental de Estados Unidos, en donde se registran un puñado de casos cada año. Es una enfermedad distinta a la viruela de Alaska, un padecimiento inusual que fue descubierto recientemente y que el mes pasado cobró la vida de un hombre de Alaska.

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A continuación, algunos detalles a tomar en cuenta sobre qué es la peste bubónica, quiénes están en riesgo de infección y cómo es que una enfermedad que alguna vez fue presagio de muerte se convirtió en algo tratable.

¿Qué es la peste?

La peste es una enfermedad infecciosa que puede afectar a los mamíferos. Es causada por la bacteria Yersinia pestis, que es portada por roedores y pulgas. La luz solar y el secado pueden matar a la bacteria en las superficies, según los Centros para el Control y la Prevención de Estados Unidos (CDC por sus iniciales en inglés). Los seres humanos y las mascotas de quienes se sospecha que padecen de la enfermedad suelen ser tratados con antibióticos y, en algunas ocasiones, con otras medidas médicas.

Los síntomas pueden manifestarse de distintas formas, La peste bubónica se presenta cuando la bacteria ingresa a los nódulos linfáticos. Puede provocar fiebre, dolor de cabeza, sensación de debilidad y dolor, e inflamación en los nódulos linfáticos. Por lo general se presenta debido a la picadura de una pulga infectada, según los CDC.

Los síntomas de peste septicémica se presentan si la bacteria ingresa al torrente sanguíneo. Puede ocurrir en un principio o si no se recibe atención médica para la variedad bubónica. Este tipo de peste también provoca fiebre, escalofríos y debilidad, así como dolor abdominal, convulsiones u otros síntomas, sangrado en la piel y dedos o nariz ennegrecida. Los CDC afirman que este tipo de peste es causado por mordeduras de pulgas o por el manejo de un animal infectado.

La peste pulmonar es la más grave de estas enfermedades y se presenta cuando la bacteria ingresa a los pulmones. La peste pulmonar puede añadir rápidamente la neumonía a la lista de síntomas. Es la única forma de peste que se puede contagiar de un ser humano a otro mediante la inhalación de gotículas infecciosas.

Todas estas formas de peste son tratables con antibióticos comunes, y los pacientes que reciben atención médica a tiempo tienen una mayor oportunidad de una recuperación plena, de acuerdo con los CDC.

¿Estoy en riesgo de contraer peste?

En Estados Unidos se reportan alrededor de siete casos en seres humanos cada año, de acuerdo con los CDC, y alrededor del 80% de ellos son de la variedad bubónica. La mayoría de las infecciones se registraron en zonas rurales del oeste o el suroeste del país.

Un soldador en la zona central de Oregon contrajo la enfermedad en 2012 cuando le sacó un roedor del hocico a su gato, que se atragantaba. El hombre sobrevivió, pero perdió las puntas de los dedos de pies y manos. Un adolescente de Colorado murió luego de contraer la enfermedad mientras cazaba en 2015. Las autoridades del estado confirmaron al menos dos casos el año pasado, uno de ellos fatal.

A nivel mundial, la mayoría de los casos de peste de las últimas décadas se han presentado en personas que viven en zonas rurales o aldeas de África, en particular en Madagascar y Congo, según la Clínica Cleveland.

La población puede reducir el riesgo de peste retirando maleza o basura de sus casas y zonas a la intemperie para evitar la presencia de roedores, y manteniendo la comida de las mascotas en lugares inaccesibles. Las ardillas y las ratas, así como otros roedores, son portadores de la enfermedad, por lo que las personas que tengan comederos de aves y ardillas tal vez deban considerar los riesgos si es que viven en zonas en las que se han registrado brotes.

Los CDC afirman que el uso de repelentes con DEET también pueden ayudar a proteger a las personas de las pulgas de roedores mientras acampan o trabajan al aire libre.

Los productos antipulgas también pueden evitar que las pulgas infecten a las mascotas. Si una mascota enferma, debe ser llevada al veterinario lo antes posible, según los CDC.

¿Qué acaso la peste no es de la edad media?

La peste negra del siglo XIV es quizá la epidemia más reconocida de la enfermedad, ya que cobró la vida de la mitad de la población mientras se propagaba por Europa, Oriente Medio y el norte de África. Empezó a devastar comunidades en Oriente Medio y Europa entre los años 1347 y 1351, y hubo brotes significativos durante los siguientes casi 400 años.

Una pandemia previa, conocida como la peste de Justiniano, comenzó en Roma alrededor del año 541, y los brotes continuaron durante dos siglos.

La tercera gran pandemia de peste comenzó en la región china de Yunnan a mediados del siglo XVII y se propagó por las rutas comerciales hasta llegar a Hong Kong y Bombay unos 40 años más tarde. Eventualmente llegó a todos los continentes con excepción de la Antártida, según la Clínica Cleveland, y se cree que cobró unas 12 millones de vidas, tan sólo en China y la India.

Hacia finales del siglo XVII se desarrolló un tratamiento efectivo con un antisuero, el cual fue reemplazado unas décadas más tarde por antibióticos más eficaces.

Aunque la peste sigue siendo una enfermedad grave, los antibióticos y la terapia de apoyo han resultado efectivos incluso contra los casos más peligrosos de peste pulmonar siempre que los pacientes reciban atención oportuna, según la Organización Mundial de la Salud.