Entre los impresionantes atractivos que resguarda la “Ciudad Dorada”, la Finca Gaia se luce como un espacio natural mágico, ubicado en la zona cársica, entre los mogotes del barrio Maguayo.

Se trata de un bosque de 36 acres de terreno donde nació un importante proyecto de conservación y educación impulsado por la doradeña Ana Pérez. Allí germinó la iniciativa familiar que involucra actividades de siembra, el estudio de especies nativas y endémicas, además del desarrollo de senderos para promover caminatas forestales educativas y holísticas.

“La energía, la visión y todo surge de mi mamá (Ana Pérez). Es ella la que agarra la familia y nos trae a ver la finca”, reconoció Manuel Báez Pérez, de 38 años, quien es hijo de la fundadora del concepto y el arborista principal de Finca Gaia.

Fue en el 2013, cuando Pérez, luego de haber heredado la finca, comenzó a abrir camino en este espacio natural junto a su familia. “Empezamos a investigar y nos damos cuenta que somos un bosque dentro del carso, que los mogotes son un hábitat en peligro, con niveles de endemismo exagerado a nivel Islas Galápagos, pero sin la publicidad que tienen esas islas, sin que la población sepa lo que hay aquí”, expresó Báez Pérez.

“Todo lo que es el mogote y las colinas lo estamos dedicando a lo que es conservación. Estamos haciendo senderos dentro del bosque para realizar caminatas forestales educativas”, agregó.

En el bosque  de 36 acres se llevan a cabo  actividades de siembra, estudio de especies nativas y endémicas, además del desarrollo de senderos para promover caminatas forestales educativas y holísticas.
En el bosque de 36 acres se llevan a cabo actividades de siembra, estudio de especies nativas y endémicas, además del desarrollo de senderos para promover caminatas forestales educativas y holísticas. (Isabel Ferre Sadurni Photography)

Una aventura por el mogote

Estas caminatas llevan a conocer la belleza del mogote, donde el visitante puede apreciar la diversidad natural que se esconde en el espacio.

“Las caminatas pueden ser con un enfoque educativo; puede ser de avistamiento de aves, si te gusta la fauna; puede ser buscar diferentes tipos de reptiles. Si estás más en lo holístico, puede ser un enfoque de bienestar dentro del bosque. Pasar tiempo en la naturaleza, en un espacio verde no perturbado, es súper beneficioso para la salud el simplemente estar ahí. Los beneficios son innumerables”, afirmó el arborista.

Finca Gaia ofrece estas caminatas forestales en días de semana y sábados, pero es necesario hacer reservación.

“Las caminatas duran entre 30 a 40 minutos. Ahora mismo estoy tratando de que sean todos los sábados, pero siempre es bueno que primero me llamen y confirmen. También puede ser cualquier día de la semana, pero me tienen que reservar el espacio con un grupito de, al menos, cinco personas. El costo es $40 por persona”, detalló Báez Pérez.

En el bosque se han identificado 11 especies de murciélagos.
En el bosque se han identificado 11 especies de murciélagos. (Isabel Ferre Sadurni Photography)

Espacio de investigación

A la par con su proyecto de conservación y de caminatas forestales, esta familia trabaja en la identificación de especies nativas. “Dentro del mogote hemos identificado muchas especies nativas, endémicas, de flora y fauna, muchos árboles en peligro de extinción. Estoy haciendo un libro de los árboles con mis hijos y vamos por 150 especies o más. Muchos de ellos endémicos y otros en peligro de extinción, muy raros de encontrar”, comentó el arbolista.

Aparte, Finca Gaia desarrolla un proyecto de recolección de semillas para propagar las especies en peligro de extinción. “Se colectan semillas y se llevan a Para La Naturaleza (organización sin fines de lucro dirigida a la conservación de ecosistemas naturales), para que las propaguen, les llevamos muchos arbolitos también”, indicó el joven. Otro de los proyectos más interesantes de la familia tiene que ver con el estudio de las especies de murciélagos que existen en Puerto Rico.

“Vamos para un año en colaboración con los chicos del Proyecto de Conservación de Murciélagos de Puerto Rico (PCMPR); estamos haciendo capturas de murciélagos una vez al mes, en la noche, para hacer censo, medir las poblaciones, los estados de reproducción y las especies”, detalló.

Según Báez Pérez, en Puerto Rico existen 13 especies de murciélagos y, en su finca, han podido identificar unas 11, entre estas un murciélago que está en peligro de extinción.

“Aquí se han capturado nueve especies en las redes y en audio se han identificado la 10 y la 11. De esas especies, aquí con mis hijos le tomamos foto a un murciélago llamado rabipeludo, que está en peligro de extinción. En los últimos 20 años, lo han avistado en Puerto Rico como unas tres a cuatro veces, dos de ellas muertos y dos de ellas vivos y eso ha sido aquí en nuestra Finca Gaia, con mis hijos (Mateo, de 9 años y Joaquín, de 7)”, indicó el guía.

Dentro del mogote hemos identificado muchas especies nativas, endémicas, de flora y fauna.
Dentro del mogote hemos identificado muchas especies nativas, endémicas, de flora y fauna. (Isabel Ferre Sadurni Photography)

A largo plazo

En cuanto a expectativas futuras, los propietarios de la finca proyectan desarrollar recorridos agroturísticos. Para esto, encaminaron iniciativas de siembra cuya primera cosecha debe estar lista en un periodo de 2 a 3 años. “Tenemos dos proyectos de la mano. El primero que hicimos que es tradicional y es la siembra de frutales. Tenemos 14 variedades de aguacates sembrados, rambután, canistel, achachairú, jabuticaba, jaca, lichi, cacao, guanábana, caimito, guayaba, plátanos, guineo y muchos frutos de Suramérica y del Caribe”, contó Báez Pérez.

“De la mano de ese proyecto, estamos haciendo unos bosques de comida, estamos sembrando variedades frutales de una manera natural. Estoy sembrando árboles madereros, nativos, endémicos, con sombra. Debajo de esos árboles de sombra, que son de crecimiento lento, vienen árboles frutales, tengo cacao, achiote y otras especies. Y, debajo, en el suelo, hay yuca, yautía, diferentes variedades de ñame, batata y parcha”, especificó el guía del bosque.

Además de las metas con sus cultivos, Finca Gaia espera trascender y lograr un impacto educativo en las próximas generaciones.

“El sueño mío y de mi mamá es tener aquí un bosque escuela. Tener constantemente visitas de escuelas, estudiantes, tener proyectos universitarios corriendo aquí. Además de visitas constantes de turismo holístico, que estén buscando sanación, conectar con el bosque, caminatas forestales, educación y tener gente todo el tiempo”, concluyó Báez Pérez.

Quienes deseen conocer más acerca de Finca Gaia, pueden acceder a las redes sociales Facebook e Instagram: Finca Gaia.