Comprendo a quienes se resisten y le temen al cambio. La realidad es que, más allá de la intención de progreso que movilizan, las palabras diversidad e inclusión son conceptos que nos invitan a posar una mirada crítica sobre los valores e ideales que rigen nuestro diario vivir. Ocasionalmente, abrazar una acción propulsada por la diversidad y la inclusión es atreverse a cuestionar el origen de nuestra percepción de vida. Sin embargo, cuestionarlo no implica el abandono de nuestras convicciones, sino un grado de conciencia social para considerar nuestras creencias y cambiar aquellas que pudieran llevarnos a dar un trato de inferioridad por motivos ideológicos.

Ya es moda atreverse a cuestionar la ideología de “lo bello” ante el peso y la estatura de las mujeres. Así que ya es tiempo de cuestionarla en la esfera de los certámenes de belleza y señalar su impacto en las participantes, a quienes prefiero llamar pioneras de belleza, pues suelen ser mujeres que lideran la exploración de nuevos ideales de belleza. Por décadas, hemos alimentado un modelo de concursantes basado en mujeres exclusivamente altas y delgadas. Pero, ¿sabías que el certamen internacional de Miss Universo no impone requisitos de peso ni de estatura a sus participantes? En el certamen han participado e, incluso, ganado mujeres como Olivia Culpo (2012), Siera Bearchell (2016), Demi-Leigh Tebow (2017), Maria Thattil (2020) y Harnaaz Kaur (2021), quienes presentaron un perfil alternativo a la usual modelo de aspecto delgado y alto. Este dato arroja señales de que es tiempo de retar la vara con la cual hemos estado midiendo a nuestras pioneras de belleza.

Este año, Miss Universe Puerto Rico (MUPR) adopta los valores de la organización internacional y elimina los requisitos estrictos de peso y estatura como medidores de la belleza de sus participantes. Los marcadores de identidad física como el peso y la estatura suelen promover una percepción equivocada sobre la capacidad de autoestima, desarrollo y liderazgo (por mencionar solo algunas), de las mujeres que los encarnan. Por esta razón, apostamos con orgullo a este cambio con la esperanza de ser parte de la transición y evolución hacia espacios y prácticas más saludables que permitan que la discriminación desvanezca.

Debo aclarar que de ninguna manera esta medida pretende ignorar las categorías esenciales de evaluación que caracterizan los certámenes de belleza. Tampoco buscamos remplazar prototipos tradicionales de belleza. Al contrario, es una acción a través la cual deseamos materializar el discurso que solemos orgullosamente predicar: la belleza es diversa. No queremos hablar bonito, queremos que nuestro lenguaje sea transcendental.

Hoy Miss Universe Puerto Rico se enorgullece en crear más espacio para fortalecer su búsqueda de mujeres elegantemente inteligentes cuya autonomía brille por su don de presentarse ante el mundo como embajadoras de la inspiración.

Finalmente, he aprendido que inspirar y representar a la altura de una miss es una compleja capacidad humana subestimada y malinterpretada. Solo dándote la oportunidad de indagar más allá del glamur y el espectáculo podrás captar su verdadero impacto. De entre muchos, aprovecho para reconocer y celebrar el impacto en la vida de Karina Von Gundlach, Miss Cayey, quien a dos semanas de la final del MUPR 2021 fue diagnosticada con cáncer. Hoy Karina comparte su testimonio de sanación y abraza su historia que llama “De reina de belleza a sobreviviente de cáncer”. Karina, te admiramos, abrazamos y celebramos tu salud.

Si te sientes capaz y tienes el deseo genuino de llevarte una experiencia de vida única para tu crecimiento personal y profesional, te invito a que seas parte de esta evolución. Nuestro objetivo y compromiso, basado en nuestras propias vivencias, es que ganen todas. Claramente, #EsTuTiempo.