El mes de abril no podía irse más rápido para el base boricua José Juan Barea.

Tras conocerse de la eliminación de los Timberwolves de Minnesota en su carrera para los playoffs, Barea lo que quería era que se acabara una tercera temporada llena de frustraciones y de metas no alcanzadas por diversas razones.

Y es que a pesar de que a nivel colectivo fue la mejor temporada de los Timberwolves en términos de victorias (40-42 – nueve más que el año pasado), la realidad es que las expectativas eran  playoffs o nada, tomando en consideración que el equipo finalmente estaba saludable y que se habían conseguido varios jugadores sólido mediante cambios o agencia libre como Kevin Martin, Corey Brewer y Luc Mbah a Moute.

Relacionadas

“Realmente fue un año frustrante para mí y para mis compañeros. Fue un año de muchas inconsistencias, incluyéndome a mí. Quizás lo único bueno es que me pude mantener saludable casi todo el año”, confesó Barea a Primera Hora.

“Lo más difícil fue perder todos esos juegos cerrados, que al final nos pasaron factura y que eventualmente nos dejaron fuera de los playoffs”.

Según Barea, su queja mayor fue la mala distribución de minutos, con el dirigente Rick Adelman dejando en cancha por demasiado tiempo a los jugadores del cuadro regular y no confiando en el trabajo que podían hacer los jugadores reservas, como era el caso de Barea.

“Hubiera querido tener la oportunidad de jugar más minutos, de aportar más en momentos bajo presión. Creo que las aportaciones del banco fueron limitadas y pudimos haber tenido un rol más importante. Me hubiese gustado estar en cancha al final de algunos juegos que perdimos”, dijo Barea, quien promedió 8.3 puntos, 3.8 asistencias y 1.9 rebotes en 18:37 minutos por juego.

“Muchas veces dejaban a los titulares demasiado tiempo en cancha y al final de los juegos estaban cansados y no podían aguantar el empuje de los equipo contarios y terminábamos perdiendo juegos cerrados. Quizás uno de los jugadores más afectados fue el centro Nikola Pekovic. Yo sabía que no iba a aguantar ese tren de minutos que tenía y al final se lesión. Era frustrante porque sabíamos que había el talento para hacer mejor trabajo, pero creo que no hubo una buena distribución del tiempo en el equipo”.

Para el dirigente Adelman esta fue su última temporada al mando de los Timberwolves, por lo que resta por ver quién será su sustituto y qué actitud asumirá en lo que a minutos se refiere en la rotación de Minnesota la próxima temporada.