Dorado.  La resignación anotó carrera esta madrugada en el sector Kuilan de este municipio.

“Para mí ellos son ganadores. Ahí está mi primo Yadier Molina, así que yo gano como quiera”, dijo Iris González. “Estoy triste por el equipo, pero Puerto Rico llegó hasta donde tenía que llegar”.

Cientos de fanáticos estuvieron hasta esta madrugada viendo el juego final en Kuilan, un sector del barrio Espinosa de Dorado de donde es natural Molina y, naturalmente, sus hermanos receptores, Benji y José, quien estuvo con Puerto Rico como coach en este Clásico.

El ambiente creado por vecinos y familiares fue tremendo, como la pantalla gigante que transmitió el partido ante Estados Unidos y que fue colocada en la calle casi al frente de la casa de los Molina y del parque de pelota ‘Mambé’ Kuilan en que creció jugando el trío de receptores.

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Pero Estados Unidos, incluido el lanzador de ascendencia boricua Marcus Stroman, comenzó desde temprano en el partido a quitarle voltios al electrificante ambiente aquí. Para colmo, una insistente llovizna sobre el sector ayudó a que los presentes agarraran sus ‘aperos’ y salieran de área hacia sus casas.

Algunos salieron con observaciones estratégicas del partido, sobretodo con la permanencia en la loma del abridor de Puerto Rico, Seth Lugo, quien toleró cuatro carreras en cuatro entradas. Otros señalaron que Puerto Rico entró al partido relajado, descansando en la confianza de haber ganado sus primeros siete partido en el Clásico.

Pero reinó el respeto frente a la puerta de los Molina.

“Fue admirable el apoyo. El barrio Kuilan se garantiza por mantenerse unido por los de aquí, que son boricua los tres (hermanos Molina). Hoy no fue un buen día, pero aquí estuvieron todos apoyando”, dijo Wilfredo Maysonet, amigo de los Molina, mientras le daba una limpieza a la entrada de la casa de los Molina.