Edward Mujica había convertido 21 oportunidades de salvamentos corridos en la temporada. El 4 de julio pasado, en Anaheim, buscaba su rescate número 22. Sus Cardenales dominaban el partido, 5-3, cuando entró a relevar a Adam Wainwright, quien acababa de permitir que Albert Pujols llegara a primera base mediante una base por bolas.

Un par de lanzamientos después de iniciar su actuación, el partido se empató vía un jonrón de dos carreras de Josh Hamilton. Luego permitió dos hits adicionales, sacó dos outs, y finalmente concedió otro sencillo a Erick Aybar que llevó a los Angelinos a dejar a San Luis en el terreno de juego.

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Mujica no tardó en responsabilizarse del desastre que acaba de darse.

“Jamás le vuelvo a negar un pedido a Yadier (Molina)”, aseguró al explicar que ante ambos Hamilton y Aybar le rechazó al boricua Molina pedidos de recta por querer lanzar su cambio de velocidad.

Cuatro meses antes, un grupo atrevido de lanzadores isleños como Mario Santiago, José de la Torre, Xavier Cedeño y Randy Fontanez se dejaron guiar al pie de la letra por Molina en el juego semifinal del Clásico Mundial de Béisbol para, vía su sapiencia, poder controlar a la temida novena de Japón –bicampeona mundial del evento– y conseguir un triunfo preservado por los veteranos J.C. Romero y Fernando Cabrera.

Tal si fuera un dirigente en el campo de juego, el receptor doradeño manejó en cuclillas una perfecta estrategia de lanzar rápidamente entre lanzamientos para mantener fuera de balance y de zona de comodidad a los pasivos bateadores japoneses.

Su manejo de lanzadores, incluso, ya había llevado a Puerto Rico a llegar a una zona inesperada. Y ni hablar del pase a la final del torneo en el que perdieron por tercera ocasión ante la poderosa y repleta de veteranos novena de la República Dominicana. Los vecinos caribeños fueron los únicos que el ingenio de Molina no pudo derrotar. Pero gracias a su sabiduría, hasta esas luchas fueron cerradas, siendo las derrotas por estrechos márgenes de 4-2, 2-0 y 3-0.

Los anteriores ejemplos fueron solo algunos de los grandes logros de Molina en el 2013. En términos profesionales, jugó en su cuarta Serie Mundial, fue seleccionado para su quinto Juego de Estrellas, ganó su sexto Guante de Oro, su segundo Bate de Plata y terminó tercero en la votación para el Jugador Más Valioso de la Liga Nacional.

En las Grandes Ligas, finalizó cuarto en WAR (Wins Above Replacement, la estadística que combina todas las facetas del juego para valorizar su aportación a los triunfos logrados por su equipo) en toda la Liga Nacional. Sacó el 43.5 por ciento de los corredores y manejó a un grupo de cinco jóvenes lanzadores a trabajar como veteranos para que San Luis ganara la corona de la Liga Nacional y avanzara a la Serie Mundial, donde cayó vencido ante los Medias Rojas de Boston.

Mirándolo fríamente, Molina tuvo el año más espectacular de su carrera. Y sin dudas presentó el mejor desempeño de un atleta boricua en el 2013.

Debido a ello, y por votación unánime del grupo de periodistas deportivos de Primera Hora, Molina fue seleccionado como la Figura Deportiva del Año entre un grupo que también tuvo en consideración a deportistas como la tenista Mónica Puig, la tenismesita Adriana Díaz, el boxeador Félix Verdejo y el también pelotero Carlos Beltrán.

Molina fue grande en el campo, en las estadísticas personales, en los logros de sus equipos y en humildad para unir a un pueblo. ¡En horabuena! Que el 2014 te permita alcanzar mayores triunfos.