Después de todo, a mi parece que a Carlos Delgado le provocaría más satisfacción ser electo al Pabellón de la Fama del Deporte en Puerto Rico, que al mismo Hall of Fame de Cooperstown.

Delgado ha expresado, sin inhibiciones y con mucha convicción, su desagrado al sistema estadounidense y a la presencia de los Estados Unidos en Puerto Rico. Su postura al respecto ha sido contundente. 

Hay que ser valiente, quizás osado, para tirarse las maromas de Carlos mientras estaba activo en las Grandes Ligas (MLB), por el hecho de tener la oportunidad privilegiada de ganarse una millonada trabajando precisamente en Estados Unidos.

Relacionadas

Recuerdo haber escuchado de un fanático del béisbol, presuntamente estadista, “si a Carlos Delgado no le gusta el “God Bless America” pues que se vaya a jugar a Japón, por mucho menos de lo que se está ganando en dólares en gringolandia”…

Vengo entrevistando a Delgado desde que era cátcher con los Senadores de San Juan y prospecto de liga menor en EE.UU. Dicho eso, sospecho que para él es más importante y gratificante ver los efectos positivos de todas sus obras de buena fe alrededor de su exitosa fundación “Extra Bases”, con la ayuda del incansable Robert Rodríguez, que cualquier reconocimiento estadounidense.

Para mí, Carlos Delgado tiene mis respetos por su verticalidad, honestidad y amor a la patria. Si tiene o no los números para Cooperstown, eso es un debate aparte. Yo me siento orgulloso de haber vivido y cubierto su carrera, así como las de Igor González, Bernie Williams y Edgar Martínez, quienes tampoco tienen el sello oficial de hall of famers.

Ahora, igualmente tengo que decirles a los que critican a los periodistas estadounidenses que vetaron a Delgado, molestos por sus posturas anti – estadounidenses. ¿Si un pelotero de USA viene a jugar aquí, da 20 jonrones y batea .400, pero se expresa y se manifiesta en contra de alguna tradición cultural puertorriqueña, ofendiendo y provocando la indignación de mucha gente, usted votaría comoquiera por él para MVP?