El promotor Oscar de la Hoya quisiera volver al boxeo de hace unos años atrás, del cual él fue parte y en el cual el dinero no era la mayor obsesión para los púgiles, por más increíble que parezca.

Hace unos meses, De la Hoya comenzó a hacer las paces con quien fuera su promotor, Bob Arum, luego de años de constantes insultos entre ambos. 

Como parte del proceso de rehabilitación por uso de drogas y alcohol, De la Hoya inició el proceso de sanar viejas heridas, y una de esas fue con Arum. Pero aparte, de eso, el californiano busca que los seguidores del boxeo tengan la oportunidad de que los mejores se vean las caras, sin que el señor dinero sea el mayor protagonista. 

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En su más reciente visita a las instalaciones de GFR Media, De la Hoya analizó como era que se daban los combates en su época como activo. 

“Era más por el orgullo, para ver quién era el mejor. El dinero era secundario, ahora es diferente. El boxeador (ahora) piensa en el negocio”, dijo De la Hoya. 

“No sé si es necesariamente bueno para la competencia, para el orgullo del boxeador”, continuó el ex campeón mundial, para quien es importante que el púgil se pueda concentrar en el entrenamiento y no en otras cosas. 

“El boxeador tiene que elegir equipo sólido, que sea vigilado por varias personas para que el boxeador pueda concentrarse”, sostuvo el otrora monarca olímpico de Barcelona 1992.

“Importante que pelee con corazón”, señaló.