Nueva York.- En Argentina -como en tantos países de centro y sur América- el fútbol es una religión gracias a figuras como Maradona y Messi, tantos entre otros, que son venerados. Pero para Sergio “Maravilla” Martínez, el reconocimiento por sus logros dentro del ring han llegado básicamente en las postrimerías de su carrera en el boxeo rentado, una historia que sus propios compatriotas lamentan.

“Ahora es cuando la gente en Argentina lo reconoce, justamente a punto de terminar su carrera como boxeador”, compartió el argentino Hugo Chapresto, quien se encuentra en Nueva York de vacaciones junto con su esposa.

Martínez hizo buena parte de carrera combatiendo por diversos países en Europa, particularmente en España, y enfrentó rivales de poca monta en remotas localidades. A pesar de que había sido campeón mundial, no fue hasta que enfrentó y derrotó al mexicano Julio César Chávez Jr. en septiembre de 2012, que despuntó en su país.

Relacionadas

“En el presente Sergio es conocido, pero fue hasta unos meses antes de su pelea por el título contra Chávez que se dio a conocer. No tuvo mucha prensa en Argentina debido a que estuvo 10 o 12 años antes de que hiciera famoso”, indicó Chapresto.

“No tuvo trayectoria ni publicidad. Lo que sí le favorece es que, aparte de ser un buen boxeador, es muy carismático. Cuando le hace reportajes, capta la atención y, además, se expresa bien, muy fino”, agregó.

La pelea de este sábado contra el puertorriqueño Miguel Cotto está generando mayor interés en Argentina debido a que podría ser una de las últimas de Martínez, quien todavía está bajo contrato con HBO para otro combate.

“Se está escuchando bastante de esta pelea, particularmente porque han descubierto a Martínez tarde en su carrera. En que puede ser su última o penúltima es un atractivo adicional para su figura”, concluyó Chapresto.