El atuendo de jinete que algunos de los presentes vestían, revelaba a cualquier persona ajena a aquella ceremonia, que los restos que se estaban enterrando en el cementerio municipal de Trujillo Alto pertenecían a alguien que vivió muy de cerca de la equitación.

Se trataba del jinete Carlos Pizarro.  


El pasado sábado, Pizarro sufrió un aparatoso accidente durante los trabajos matinales en la pista principal del hipódromo Camarero. Según versiones, Pizarro briseaba una yegua desde el arrancadero cuando al pasar el poste de los 900 metros, chocó contra un potro que se encontraba parado frente a la baranda interior, y cuyo galopador hacía intentos por retirarlo de los carriles interiores de la pista.

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Por la colisión, Pizarro sufrió traumas en la cabeza. Luego de varios días, la familia tomó la decisión de que Pizarro fuera desconectado de una máquina.


Hoy, una semana después del trágico accidente, familiares, amigos y otros le dijeron el último adiós al jinete, a partir de la 1:00 p.m.

Al momento del accidente, Pizarro se encontraba en la cuarta posición en la estadística de este año entre los jinetes activos en el hipódromo Camarero con 78 victorias entre 477 montas.