Él hacía todas las payaserías posibles para llamar su atención. Pero a ella, ese tipo de comportamiento no lograba llamar su atención y mucho menos le hacía la más mínima  gracia.

Así comenzó la historia de amor  entre el gimnasta   Tommy Ramos y  la medallista olímpica    Catalina Ponor. 

“Al principio yo quise conocerla. Quise llamar la atención y ella es una persona que mientras está haciendo su trabajo es bien profesional. Tenía la cara de póquer, como decimos nosotros para una cara seria. El que yo estuviese enfocado en distraerla de su trabajo, la molestó. Fue un tanto intensa esa parte entre los dos porque ella estaba molesta conmigo”, recordó Ramos mientras la observaba sentado en un banco del  Jardín Botánico del Museo de Arte de Puerto Rico.

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Sin embargo, Ramos se armó de paciencia y cambió su táctica.  Recurrió a las redes sociales y la buscaba   luego de  las competencias para hablar. 

Así lograron entablar una amistad mientras    los sentimientos iban aflorando  paso a paso. Ya para el 2012 eran una pareja formal. 

“Poco a poco, con las redes sociales,  hablando después de  las competencias y no durante ellas, hubo una conexión y de ahí se fue tornando más seria la relación hasta que nos convertimos en pareja”, prosiguió Ramos  al hablar de su táctica de conquista.

Para algunos, la unión de un puertorriqueño con una rumana puede traer un choque cultural fuerte.  Pero para Ramos y Ponor, significó todo lo contrario. 

“Los europeos son un poco más fríos, pero los  rumanos –soy bien dichoso en tener una pareja rumana– son bien parecido a nosotros, los puertorriqueños. Son personas  alegres, que les gusta vivir. Que dan el todo por el todo por trabajar.  Además, son bien familiares.  Creo que por eso se nos hizo bien fácil el conocernos y el momento de conocer la  familia”, explicó Ramos.

¿Qué la convenció de  entablar una relación con un puertorriqueño?  

“En el principio, por supuesto, yo no quería. Es mucha la  distancia entre nosotros. Él iba a estar 15 o  17 horas,  en avión, lejos de mí.  Todo eso me hacía ser un poco conservadora acerca de tener una relación.  No sabía si iba a funcionar. Pero solo hablábamos día a día,  lo tomamos todo con calma y  todo se dio.  Él me hace feliz, soy feliz con todo lo que he pasado y  hago junto a él. No cambiaría nada”,  aseguró Ponor con una gran sonrisa.

¿Qué la enamoró de Ramos? 

“Él es una persona inteligente. Soy una persona explosiva y él sabe cómo calmarme. Eso es lo más importante para mí”, señaló Ponor, quien se retiró de la gimnasia y  está inmersa en su carrera de empresaria. 

Una relación a distancia

La distancia  es quizás la parte más difícil en su relación.  Sin embargo,  la tecnología ha hecho que la situación no sea una carga. 

“El factor más importante en nuestra relación a larga distancia es la comunicación. Le sacamos provecho a la tecnología.  Usamos Skype,  textos gratis, whatsapp. Todas las maneras que tengamos  para vernos, hablar, las aprovechamos”, explicó Ramos. 

“Tratamos de hacerlo lo más exagerado posible. Cuando uno tiene una relación con una persona y no la tenemos frente a frente,   hay manera de verla en vivo. No es físicamente, pero eso calma la ansiedad (de la ausencia). Otra cosa es que hay que viajar muchísimo. Una relación no es 50/50.  Una relación es 100/100 para ambos lados y eso lo hemos llevado a otro nivel”,  sentenció Ramos.