Pero, al momento, serán solo 40 los atletas boricuas que llevarán la monoestrellada en su uniforme a partir del 5 de agosto, cuando sean parte de los Juegos Olímpicos de Río 2016.

Sin embargo, las peculiaridades de la historia política puertorriqueña en su relación con Estados Unidos, y los estatutos del Comité Olímpico Internacional,  se han combinado para crear un fenómeno en el que atletas nacidos aquí pueden representar a EE.UU. y viceversa, coyuntura que podría verse magnificada  próximamente gracias a la oleada emigratoria de años recientes.

Y es que, ahora mismo, hay más puertorriqueños viviendo fuera de la Isla que en la propia Isla.

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El pasado fin de semana, la gimnasta Laurie Hernández, de padres puertorriqueños, hizo historia al convertirse en apenas la tercera gimnasta de sangre latina en hacer el equipo olímpico de los Estados Unidos.

A continuación,  les presentamos algunos de los casos más llamativos de atletas de ascendencia puertorriqueña que vestirán el uniforme de los Estados Unidos en las próximas Olimpiadas.

Laurie Hernández

Poseedora de una chispeante personalidad que le ha ganado el mote de ‘Emoji Humano’ por las expresiones faciales cuando compite, la gimnasta de 16 años se convirtió recientemente en la primera fémina de sangre latina que consigue ganarse un puesto en el equipo de Estados Unidos desde el 1984 y la tercera en la historia. Comenzó en la gimnasia a los cinco años y desde los nueve es parte de los campamentos de USA Gymnastics. Aunque nació en Nueva Jersey,  sus padres, Wanda y Anthony, son puertorriqueños. La joven  ha declarado que siente como un honor el poder representar a Puerto Rico, a los hispanos y a las chicas en Río.

John Orozco

Ganador de múltiples medallas en eventos como Campeonatos Nacionales y Campeonatos Mundiales, Orozco nació en el Bronx, Nueva York, hace 23 años. Sus padres, William y Damaris Orozco,  son puertorriqueños. Se inició en la gimnasia cuando su padre lo inscribió en un programa de lecciones de gimnasia gratis para niños en desventaja económica. Ya representó a Estados Unidos en las Olimpiadas de Londres 2012, en donde compitió en los eventos de  ‘all around’ individual y por equipos, finalizando quinto y octavo, respectivamente.

Antonio Vargas

Es considerado por algunos como la esperanza de EE.UU. de ganar la primera medalla de oro en la división mosca desde 1992. Su padre José es puertorriqueño. Se inició en el boxeo cuando lo matricularon a los nueve años como método para combatir el síndrome de déficit de atención con hiperactividad (ADHD). Ha creado una reputación de poder derrotar a oponentes mejor clasificados que él. De hecho, en los Panamericanos de Toronto derrotó a dos peleadores ya clasificados para Río 2016. Allí se colgó el oro derrotando en el camino al olímpico boricua Jeyvier Cintrón. El nativo de Houston, y ahora residente de Kissimmee, fue seleccionado como Atleta Elite del Año de USA Boxing. Fue campeón juvenil en 2013 y monarca nacional en 2015.

Carmelo Anthony

Deben ser muy pocos los seguidores del deporte que no sepan que el estelar canastero de los Knicks de Nueva York y del trabuco estadounidense del baloncesto nació en el Bronx, Nueva York, y que su padre era puertorriqueño. Este se identifica tanto con Puerto Rico, que cada año viene a ayudar a la niñez y a la juventud mejorando instalaciones deportivas en sectores menos privilegiados de la Isla. Incluso, fundó el Puerto Rico FC, equipo de fútbol que debutó este mes en la NASL. “Melo” ya tiene en su expediente bronce en el 2004 en Atenas, y oro en Pekín 2008 y Londres 2012.  

Jessica y Maggie Steffens

Estas exitosas hermanas del polo acuático, además de llevar del deporte en las venas, llevan genes boricuas. Ambas son hijas de Carlos Steffens, puertorriqueño que nos representó en tres Juegos Panamericanos, y quien al mudarse a Estados Unidos fue un polista tres veces All American con la Universidad de California-Berkeley. Jessica, la mayor de las hermanas, tiene en su resumé dos medallas olímpicas: oro en Londres 2012 y plata en Pekín 2008. Además, también tiene oro en el Mundial de 2009, y oro en los Panamericanos de Río en 2007 y Guadalajara en 2011. Maggie, por su parte, tiene oros en Londres 2012, el Mundial de 2015, en la Copa Mundial de FINA 2010 y en Guadalajara 2011.

Otros caso notables

El fenómeno de los atletas que pueden elegir entre países a la hora de competir internacionalmente no es nuevo ni es exclusivo de los puertorriqueños.

Pero, en el caso de Puerto Rico,  algunos casos notables incluyen el de Beatriz ‘Gigi’  Fernández, la tenista que nació en San Juan y representó la Isla en Centroamericanos (Cuba 82), Panamericanos (San Juan 79, Caracas 83) y Olimpiadas (Los Ángeles 84) antes de cambiar su ciudadanía deportiva para representar a Estados Unidos, país para el que ganó dos medallas de oro en dobles (Barcelona 92 y  Atlanta 96).

Es la única puertorriqueña con una medalla de oro olímpica.

Lisa Fernández es hija de un boricua y ganó medallas de oro por EE.UU. en el sóftbol femenino en Atlanta 96, Sydney 2000 y Atenas 2004, aunque nació en California.

José ‘Cheguí’ Torres nació en Ponce y en Melbourne 56 ganó plata en la división semicompleta peleando para Estados Unidos.

El clavadista Mark Ruiz nació en Río Piedras y a los 12 años se mudó a Estados Unidos, país por el que compitió en Sydney 2000 y Atenas 2004.

Aunque no logró medallas olímpicas, logró oro en los Panamericanos de Winnipeg 99 y Santo Domingo 2003.

Finalmente, el lanzador de los Cachorros de Chicago, Jake Arrieta, de sangre boricua de parte de su abuelo paterno, ganó una medalla de bronce en Pekín 2008 como parte del equipo estadounidense de béisbol.