Y la piedad de la madre recayó en… Cérsei Lannister, quien a pesar de ser una fornicadora mentirosa logró zafarse –por el momento- de la Gran “Septa” de Baelor durante el último episodio de la quinta temporada de Game of Thrones.

Y si bien tuvo que pasar la vergüenza de caminar desnuda de un lado al otro de la ciudad mientras le decían improperios, la escupían y le arrojaban cuanta comida aparecía, está viva, y es lo que importa. A su llegada a Red Keep la recibió lo que parece ser el experimento tipo Frankenstein que hicieron con el cuerpo de the Mountain, su fiel caballero. Habrá que ver todas las barbaridades que hará esta mujer con esta renovada arma letal. Esperen su venganza.

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Quien no corrió con la misma suerte fue uno de los héroes de la saga y uno de los más querido por los fanáticos (que debieron haber estado ahí para advertirle que no podía confiar en sus "hermanos" de Castle Black) Jon Snow.

Su épica trayectoria culminó en pocos minutos luego de que el joven Ollie le llevara noticias de su tío. Ollie le dijo a Snow que uno de los "wildlings" tenía información y lo estaba esperando afuera. Sin titubear, el Lord Commander fue a su encuentro, pero se topó con todos sus “hermanos” rodeando una cruz que leía "traidor". Aun no entendemos como Jon ni siquiera sospechó del hecho de que Alliser Thorne lo trató con amabilidad. Bueno, desde un inicio nos lo habían advertido, "Jon no sabe nada". 

Así las cosas varios cuervos lo fueron apuñalando uno a uno, pero fue Ollie quien lo remató al final. Bien por Ollie, él era el más afectado con la situación de los wildlings así que desde su perspectiva hizo lo que tenía que hacer. Nada, tampoco entendemos por qué no apareció un lobo a defender a Jon.

Las siete mayores diferencias entre Game of Thrones y los libros

En esa línea sangrienta, fueron varios los personajes que tacharon asuntos en sus "to do list" durante este capítulo, entre estos Arya. Hasta el momento la más astuta de los Stark, se puso una máscara del templo de Dios de las muchas caras y logró estar ante Meryn Trant. Esta no dudó en entrarle a cuchilladas dejándolo ciego y mudo. Tras recordarle que ella era Arya Strak y que él era nadie la jovencita le cortó el cuello dejándolo muerto en la sangrienta escena. 

Sin embargo, la historia de Arya no tuvo un final feliz, en realidad no sabemos si terminó o no. Cuando regresó a la casa de blanco y negro Jagen H'ghar la sorprendió y le recordó que su misión no era matar a Trant y que con su acto le robó al dios de las muchas caras. Acto seguido el sujeto mejor conocido como "nadie" tomó agua de la fuente y "murió". Sin embargó todo se vuelve confuso ya que mientras Arya llora por quien consideraba su amigo, éste aparece detrás de ella. Le advierte algo sobre las máscaras lo que provoca que "Arya" comience a desenmascarar una y otra vez el cadáver que tiene frente a ella hasta llegar a su propio rostro. La joven Stark confundida y desconsolada dice que no puede ver mientras vemos que sus ojos se ponen blancos.

Por otro lado, en medio de una batalla que pasó sin pena ni gloria entre los Boltons y el ejército de Stannis Baratheon, Sansa finalmente logró escapar de Winterfell, no sin antes asegurarle a su ahora aliado Reek que volvería. De hecho Reek finalmente despertó de su bobera y salvo a Sansa de un flechazo seguro proveniente de la noviecita de turno de Ramsay Bolton y la ayudó a escapar. Sobre la batalla, que no vale la pena ni mencionar, Stannis marchó a Winterfell luego de que la mitad de su ejército desertara, su esposa se suicidara y Melisandre lo abandonara. Como quien no tiene literalmente nada que perder, quiso “sorprender” a los Boltons pero estos no los dejaron ni acomodarse. Ramsey con su gran ejército se sirvieron con la cuchara grande matando soldados a tutiplén. 

Sin embargo a Stannis le reservaron un final más digno, aunque por lo que hizo con su hija no se lo merecía. Este fue sentenciado a muerte por Brienne de Tarth. De esta forma, finalmente, Brienne logró cumplir con una de sus nobles misiones, vengar la muerte de su rey Renly.

Mientras tanto, encontramos a Daenerys Targaryen en medio de la nada y sin comida con un testarudo dragón que se niega a regresar a Meeren. Hambrienta y frustrada decide merodear a ver qué encuentra y de repente se ve rodeada de jinetes con apariencia bárbara, parecidos a los de su tribu junto a Khal Drogo. Antes de que alguien se dé cuenta, la madre de los dragones deja caer su anillo blanco y ahí quedó la reina hasta la próxima temporada.

Eso sí, la prometedora líder, no tiene por qué temer ya que sus dos héroes, los hombres que una y otra vez demuestran que harían todo por ella, Jorah Mormont y Daario Naharis no perdieron tiempo en emprender una expedición en su búsqueda. No sin antes ponerse de acuerdo en quién se quedaría a cargo de Meereen. Ese prestigioso puesto de liderazgo recayó en el nuevo consejero de la reina, Tyrion Lannister, quien debe compartir roles con Grey Worm y Missandei, la fiel confidente de Daenerys. Aun los hombres no habían salido bien de la ciudad, cuando apareció Varys para ofrecer sus servicios de información a Tyrion con los cuales seguramente podrán tener bajo control la ciudad en lo que la reina regresa, esperemos que sea antes de que llegue el invierno.

Por último, un interesante suceso, que ya veremos qué repercusiones tendrá en la próxima temporada, ocurrió en las aguas de Dorne. Jaime y Myrcella se encuentran en el barco rumbo a Kings Landing y todo apunta a que la jovencita tendrá un final feliz ya que está enamorada del hombre con quien debe casarse. No solo eso, resulta que Jaime finalmente se confiesa y le dice que es su padre y ella reacciona súper cool con el cuento de que está feliz y que de alguna forma siempre lo supo. Acto seguido, la pobrecita comienza a sangrar por la nariz y cae muerta ante los pies de su papá. ¿Por qué? Pues la viuda de Oberyn solo estaba fingiendo y para demostrar que todo estaba bien entre ambas familias le dio un beso envenado en la boca justo antes de que los Lannister se marcharan.